Un paciente ejemplar

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El doctor Borro recuerda la lucha por vivir de Iván Rocha

22 abr 2011 . Actualizado a las 22:55 h.

«Ayer tocó cara». Así de contento comenzaba Iván Rocha su último relato, escrito seis días antes de morir. En su blog, un imprescindible testimonio de alguien que ha luchado durante años contra un cáncer y que en los últimos meses ha mantenido con el corazón en un puño a cientos de personas a través del blog, contaba lo bien que se sentía en su vuelta a casa a la espera de la operación, el reencuentro con su hijo, los achaques nocturnos... Siempre igual, «enviando mensajes de esperanza que colmaban a los suyos».

Ya lo decía ayer, minutos después del funeral, uno de los médicos que lo cuidaron estos años, el doctor José María Borro: «Iván era una persona estimulante». El jefe del servicio de cirugía torácica del Chuac recordaba a su paciente como «un ser extraordinario, con muchísimos valores que dedicaba a los demás». El médico, con su ejemplo, explica la importancia de vivir como él ha vivido su rara enfermedad. Porque Iván padecía uno de esos extraños males con muy poca esperanza de curación. «Estudió su mal y todas las posibilidades que tenía para salir adelante. Nos comentaba a los médicos cualquier avance realizado en cualquier hospital del mundo. Era una colaboración continua. Nos ayudaba a curarlo», aseguró el doctor.

Porque hay personas que no pueden o no saben afrontar una grave enfermedad. Otros, en cambio, se implican intensamente. Leyendo el blog de Iván Rocha, uno se entera de que ha existido un hombre que ha querido contar su dura enfermedad «no para mantenerse ocupado y con la mente en otro sitio, sino para ayudar tanto a los que pasan por lo mismo como a sus familias», añadió Borro.

Iván, que no superó el trasplante, «no escondió nunca la cabeza, luchó por sobrevivir y animó a todos los que atravesaban momentos malos como él». Iván tenía algo, según comentaban los médicos y enfermeras que lo trataron, «que le hacía distinto al resto de enfermos». Unos hablan de «una personalidad única», otros de una enorme «entereza o fortaleza». Y ayer sus amigos destacaban su «obsesión por ver felices a los que lo rodeaban a costa de sufrir en silencio».