Vázquez revive el Renacimiento en el carnaval romano

María Signo

A CORUÑA

El palacio de España, sede de la Embajada ante la Santa Sede, celebró una fiesta de disfraces solidaria

17 feb 2010 . Actualizado a las 13:55 h.

Fue una noche mágica en la que el palacio de España en Roma revivió el esplendor de las cortes renacentistas de 1500 con la fiesta temática En la corte de Julio II con la que se cerró el carnaval de Roma del 2010. El embajador Francisco Vázquez y su esposa, vestidos con trajes de época, ejercieron de anfitriones de la velada junto con el alcalde de Roma, Gianni Alemanno. Con ellos también se encontraban el embajador ante el Quirinal, Luis Calvo, y su mujer.

Todo brillaba en los magníficos salones del palacio de España, y no era para menos. Lo mejor de la sociedad romana se dio cita en un baile que tenía también su parte de solidaridad. La recaudación de la noche iba dirigida a Cáritas italiana y su proyecto de ayuda a los damnificados del terremoto de Haití, y a la Cocina Económica de A Coruña, que cada día ayuda a tantos en la ciudad herculina. Esa fue la condición impuesta por Francisco Vázquez cuando el Asesorado a la Cultura del Ayuntamiento de Roma le propuso abrir su palacio al carnaval romano, que este año se hermanaba con el de Venecia.

El embajador se mostró satisfecho por el éxito de la convocatoria y abrió el baile con un pequeño discurso en el que bromeó sobre el papa Julio II, enemigo del español papa Borgia, y por ello no dudó en pedir perdón por «entregar la embajada al enemigo». Francisco Vázquez regaló al alcalde de Roma una reproducción del bastón de mando del Ayuntamiento de A Coruña.

Los doscientos invitados gozaron de música y escenografías del año 1500 a cargo del Teatro de la Ópera de Roma, así como de escenas teatrales de los artistas de Nu' Art y del Teatro della Memoria, que hicieron revivir la magnificencia de las cortes renacentistas con todo el lujo y esplendor de aquella época. Francisco Vázquez se encuentra feliz en la capital italiana ejerciendo como embajador ante la Santa Sede y, como él dice, «defendiendo los intereses de España», y por ello quiso desmentir categóricamente a este periódico los rumores que lo sitúan como futuro Defensor del Pueblo.

Desde que llegó a la Ciudad Eterna, el palacio de España vive sus mejores momentos. El edificio barroco ha sido recientemente restaurado, lo que hace que vuelva a brillar en la plaza a la que da nombre, la plaza de España. Su fachada ha sido pintada, y las ventanas, renovadas. Y en su interior han sido remozadas muchas de sus salas, sobre todo la pequeña capilla y el salón del trono que ayer lucía de fiesta.

También la vida cultural de la embajada ha recibido un gran impulso y son numerosos los encuentros, conciertos y conferencias que reúnen en él a lo mejor de la cultura romana e italiana.