Los autores de los hechos se ensañan con el mobiliario público y elementos de la propiedad privada
07 jun 2010 . Actualizado a las 10:21 h.Cada domingo por la mañana, en Boiro, como después de los temporales, se hace un recuento de daños, aunque, en este caso, lo que se calcula son aquellos que durante la noche del sábado ocasionaron los protagonistas de la movida nocturna. El amanecer del día de ayer no fue distinto a los anteriores, solo que, esta vez, han sido vecinos y hosteleros los que han denunciado haber sido objeto de gamberradas por parte de jóvenes que se ensañan con todo lo que encuentran a su paso.
Aunque las pérdidas ocasionadas por los vándalos no han sido muy importantes, a juicio de los afectados, las molestias que ocasionan con tanta reiteración empiezan a colmar la paciencia de los perjudicados. Un hostelero denunció daños en la terraza desmontable de verano que instaló hace unos días. Parece ser que los autores se divirtieron tirando las protecciones del recinto y destrozando lo que encontraban a su paso. Ocurrió sobre las 5 de la madrugada, según testigos presenciales.
Coches rallados
El mismo grupo de gamberros destrozó el rótulo de un salón de belleza que está situado a pocos metros de la cafetería afectada por los desmanes de los chavales. En su tránsito, tuvieron tiempo para merodear otras terrazas de hostelería próximas, pero sin hacer mayores daños.
Estos hechos ocurrieron en la avenida de la Constitución donde también se constataron daños en al menos dos coches, que aparecieron rallados. Precisamente, marcar los vehículos es una costumbre que se está arraigando en Boiro durante las noches de los sábados, puesto que en las últimas semanas se han multiplicado este tipo de incidencias, e incluso en una ocasión se vio a jóvenes corriendo por encima de los automóviles que estaban aparcados en la calle Principal.
Pese a lo que pudiera pensarse, fuentes de las fuerzas del orden consultadas por este periódico confirmaron que efectivamente se producen daños en propiedades públicas y privadas todas las madrugadas de los domingos en Boiro, pero que, en proporción al elevado número de jóvenes que en millares acuden a la villa para disfrutar de la hostelería, la situación no es alarmante, ya que consideran que este tipo de acciones son obra de una minoría.
La Guardia Civil destacada en la villa pone en marcha las noches de los sábados varias patrullas para garantizar la seguridad, a las que se suma el servicio de la Policía Local, de cuyo cuerpo suelen estar de vigilancia dos agentes. Las mismas fuentes señalaron que lo que no se puede hacer es poner un guardia detrás de cada muchacho: «En Boiro hay la suficiente vigilancia, y la movida se puede considerar ejemplar, teniendo en cuenta que se desplazan al municipio miles de personas».
Para las fuerzas del orden consultadas, detrás tanto de las gamberradas como de las agresiones que se producen regularmente suelen estar el alcohol y las drogas, así como la pérdida de valores de algunos jóvenes. No obstante, restaron importancia a los incidentes de anteayer.