La presión sobre los ríos de la zona pone en riesgo la calidad del agua

La Voz

CARBALLO

27 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los carballeses conocen de primera mano los riesgos de la presión humana sobre los cauces fluviales. Hace ahora seis años, un vertido de purín a un afluente del Anllóns obligó a interrumpir el abastecimiento al casco urbano durante varios días. A raíz de aquel episodio se abrió un debate político, fundamentalmente, sobre la conveniencia de buscar una captación alternativa, y el estudio director que acaba de elaborar la empresa de ingeniería Eyser para el Concello de Carballo va encaminado, al menos en parte, en esa dirección.

El río más importante de la comarca de Bergantiños está, en la parte baja de su cuenca, «en riesgo seguro» de incumplir los objetivos de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea, «debido -explican las autoras del informe- a la presencia de presiones significativas por contaminación difusa, extracción de agua y alteraciones morfológicas», en concreto, las minicentrales hidroeléctricas de Ponteceso. Excepto en la zona de su nacimiento, de la que no hay datos, desde A Laracha hasta Carballo no existe peligro de incumplimiento, y desde la capital de Bergantiños hasta Coristanco todavía está en estudio el efecto sobre el río de las contaminaciones, las captaciones o los encauzamientos realizados en la villa carballesa. Sin embargo, el problema no es específico del Anllóns. También en el Grande, el Rosende, el Acheiro y el Maior se han detectado situaciones de riesgo, aunque sus posibles impactos no se han concretado.

Entre los indicadores de la calidad del agua se encuentran las autorizaciones de vertido -entre Carballo y A Laracha hay 16, tanto de procedencia doméstica como industrial- y las concesiones de extracción, ya que pueden suponer una presión sobre los ríos por contaminación de fuente puntual o difusa.