La capitanía marítima de Camariñas cierra por el deterioro de sus oficinas

Antón Bruquetas

CARBALLO

21 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

No han pasado ni cuatro meses desde que la capitanía marítima de Camariñas cambió la ubicación de sus oficinas y, aunque sea de forma temporal, ya está a punto de echar el cierre en este nuevo emplazamiento. Un escape en el circuito de la calefacción del edificio de la nueva lonja provoca desde hace 15 días que se aneguen las dependencias y que varios de los equipos informáticos queden inutilizados. De hecho, a pesar de que durante este tiempo se atendieron las peticiones de todos los usuarios, solo se tramitaron los documentos de urgencia por medio del ordenador que hay en el despacho del capitán Fernando Vidal, que es la zona menos afectada hasta el momento. Varios técnicos de Portos de Galicia, que es el organismo encargado de la concesión de las instalaciones, evaluaron ayer la situación y está previsto que los operarios comiencen a reparar los daños hoy mismo.

El capitán marítimo, Fernando Vidal, confirmó que si los técnicos no consiguen solucionar los problemas desalojarán la oficina la semana que viene. «Así, no podemos trabajar. Todo empezó hace un mes con pequeñas humedades en el techo, pero poco a poco fueron creciendo, hasta que comenzó a caer agua por todas partes. Entonces tuvimos que apagar dos ordenadores y solo funciona el mío», apunta Vidal. «Es una pena, porque es una oficina nueva, prácticamente sin estrenar», señala una administrativa que trabaja en la capitanía y quien además señala: «Los limitadores saltan constantemente y el agua ha llegado hasta los archivadores».

Los cometidos

La capitanía marítima de Camariñas da servicio a toda la costa que va desde Muxía a Camelle. Entre sus cometidos está el de despachar los permisos de las embarcaciones, que se suelen renovar cada tres meses; la expedición de algunas de las licencias de los marineros y de los patrones; y la de prestar ayuda en el proceso de regularización de los buques, ya que lleva un registro, similar al de la propiedad, en el que figuran las características originales y actuales del barco, el motivo de las modificaciones y los propietarios que ha tenido a lo largo de su vida útil.

Hasta su traslado al edificio de la nueva lonja, las oficinas de la capitanía marítima de Camariñas estaban en el número 32 de la Praza da Insuela. Unas dependencias algo obsoletas, pero que no presentaron los problemas de esta moderna instalación multiusos que alberga, al margen de la capitanía, la rula de la localidad, la cofradía de pescadores, el Servizo de Gardacostas de la Xunta de Galicia y varios despachos de Portos de Galicia. El objetivo que se perseguía con este traslado era ofrecer un mejor servicio a los usuarios, que en su mayoría son marineros, al centralizar en un solo lugar los organismos ante los que tienen que tramitar la documentación personal y de las embarcaciones. Sin embargo, esta situación ha reducido la calidad del servicio. «Está claro -recalca Fernando Vidal- que en estos casos los principales perjudicados son los usuarios, porque se deteriora la calidad del servicio público que ofrecemos a diario».

De todas formas, las oficinas de capitanía marítima no son las únicas afectadas por el diseño defectuoso del edificio de la nueva lonja. Los empleados de la cofradía de pescadores que ocupan la primera planta sufren de primera mano las inclemencias meteorológicas. La lluvia se filtra a través del tejado y forma también goteras que caen sobre las mesas. Pero, por el momento están de enhorabuena, ya que desde hace más de diez días que no llueve con intensidad.

No se puede decir que el camino de la nueva lonja de Camariñas haya sido precisamente de rosas. De hecho, se tardó en inaugurar el edificio más de dos años después de que se finalizó su construcción. Ya entonces se detectaron problemas tanto con los materiales que se habían utilizado en la obra como en el diseño de la cubierta. Las ventanas filtraban el agua y dejaban pasar el viento. Pero desde el verano pasado parecía que todo se había solventado.