Desde Vaduz con mucho amor

E. Millares redac. carballo@lavoz.es

CARBALLO

En Liechtenstein hay un centro gallego con casi 400 socios.

23 ene 2008 . Actualizado a las 17:51 h.

Que los gallegos son festeiros, de todos es sabido. Que saben montar buenos saraos, también. Que son muchos los de aquí que viven fuera, seguro. Pues se si cogen esos tres ingredientes y se sacuden bien en la coctelera, tenemos como resultado un fiestorro en Liechtenstein. Hay que explicarse: en el pequeño principado, cuya capital es Vaduz, hay un activo centro gallego con casi 400 socios. Lo preside Manuel Figueroa , natural de Ozón (Muxía). De esos socios la mayor parte son vecinos de la Costa da Morte, con gran presencia de los de Cee.

De ese centro, el Santiago Apóstol, partió la idea de organizar un gran acto multicultural. Y debió serlo, porque allí se juntaron, en Vaduz, cerca de 500 personas, emigrantes italianos, españoles, griegos y portugueses. La UEFA colaboró en la organización de la actividad. Y allí estuvieron, con nuestros briosos emigrantes, el representante de la UEFA, Walser , y el presidente del principado, Othmar Hassler , que se despachó una copa de albariño (hubo testigos). La sal multiusos de Vaduz se quedó pequeña. Allí se acercaron también gallegos de los muchos que hay en Suiza y en otros países del entorno. Y como no, hubo gaitas, las del grupo Retrincos, del centro gallego de Zurich, que dieron sonido patrio al frío país del norte.

La presentación del último documental de Olaia Sendón en Muxía, Os fabulosos irmáns da luz, no se olvidará fácilmente, porque no resulta muy habitual encontrarse con tal cantidad de público para ver un documental, y porque además, la presentación fue de lo más animada.

Si a eso se le une el entorno incomparable de A Barca y la memoria recuperada del ínclito añorado Ramón Caamaño, pues tanto mejor.

Hubo cine, hubo cañas, hubo pinchos y fiestas y grupos de amigos hasta tarde. La ocasión lo merecía. Y entre el público hubo también alguien bastante especial para la autora del documental: Manuel Sendón . Él, famoso fotógrafo; ella, ya célebre -o camino de serlo- documentalista. Ya se sabe que eso de de tal palo tal astilla algo suele tener de razón. Así que en el caso de los Sendón se juntan dos artistas en casa. Pues nada, a seguir produciendo y dando alegrías a los que disfrutan contemplando.

Las viejas tradiciones nunca mueren, y menos si alguien les echa una mano cuando andan algo mustias. El Concello de Malpica decidió que no se podía dejar evaporarse la Festa dos Casados, una antigua tradición que coincide con la celebración de San Sebastián y en la que la consigna es que hay que pasárselo bien. Y además es de obligado cumplimiento. Así que en el Ayuntamiento no lo dudaron y los vecinos arrimaron el hombro. Hubo misa, sí, pero no nos engañemos, también hubo sesión vermú, que aún congregó más fieles.

Baile, toro mecánico, música, copa va y copa viene. Un día de juerga que culminó el domingo con un postre de esos que ponen los pelos de punta a quienes están a régimen: un roscón de catorce metros. El alcalde, Ramón Varela Rey , parecía contento con la pequeña tajada que le tocó. Él, como el resto, seguro que lo pasaron de lo lindo. El año que viene, otra más.