La Xunta inicia una campaña para controlar la concha de mejillón

BARBANZA

Los afectados ven en la iniciativa de la Administración una forma de dar un impulso a Calizamar

03 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los cocederos y conserveros gallegos están recibiendo estos días una carta de la Xunta de Galicia firmada por cuatro directores generales. Los responsables de Calidade e Avaliación Ambiental, de Estructuras e Mercados, de Producción, Industria e Calidade Agroalimentaria y de Saúde Pública rubrican un texto que para muchos empresarios esconde una velada amenaza.

El documento arranca recordándole a los transformadores que deben ajustarse a la normativa europea a la hora de gestionar «subprodutos de orixe animal non destinados a consumo humano» entre los que sitúan la concha de mejillón. Con este tipo de residuos poco se puede hacer: incinerarlos en una planta autorizada, tratarlos en una planta de transformación autorizada, usarlos como materia prima en una fábrica de alimentos para animales de compañía autorizada o transformarlos en una planta de biogás o compostaje autorizada.

Inspectores

Para llegar a cualquiera de esos establecimientos «autorizados», las conchas de mejillón deberán viajar en vehículos especialmente preparados para ello.

Tras ese recordatorio, los cuatro subdirectores xerais anuncian que «inspectores da Xunta de Galicia acudirán ao seu establecemento para comprobar o cumprimento do establecido na lexislación vixente en canto ao destino e transporte dos subprodutos de orixe animal xerados pola súa actividade».

La carta ha llenado de inquietud a muchos empresarios del sector de la transformación del mejillón. Todos ellos han interpretado esa advertencia de la Xunta de Galicia como un intento por llenar de clientes la cartera de Calizamar, la empresa de revalorización de la concha de mejillón construida en Boiro hace unos años.

Pero los empresarios, sobre todo los titulares de firmas de talla media, no están de acuerdo con las pretensiones de la Administración gallega. La mayoría de las firmas se deshacen de este componente de su actividad gracias a los agricultores que, especialmente en verano, cargan sus tractores con concha para luego abonar con ella sus terrenos.

Además de estar muy satisfechos con el sistema tradicional

de gestión de la concha, los empresarios consultados por este periódico apuntan que enviar un camión de concha de mejillón hasta las instalaciones de Calizamar tiene un coste aproximado de unos 600 euros, dependiendo del lugar de origen. Semejante cifra, dicen, hace inviable el trabajo del mejillón, al menos en las medianas empresas de la zona sur de la ría de Arousa. Un espacio en el que se concentran buena parte de las plantas transformadoras de este molusco.

Disconformes

Alrededor de un 70% del mejillón que se produce en las bateas de Galicia tiene como destino los cocederos y conserveras de la costa gallega. Y la mayor parte del que tiene ese fin acaba siendo preparado en algún establecimiento de la zona sur de Arousa. Los empresarios de la comarca de O Salnés no parecen estar demasiado conformes con esta normativa, y de hecho en los próximos días mantendrán reuniones sectoriales para decidir qué postura adoptan al respecto de este problema.

Y es que, además, aseguran algunos representantes de estos sectores empresariales que en la Unión Europa se está preparando una nueva normativa que permitiría el empleo de la concha de este molusco como abono natural de fincas de labradío, tal y como se ha hecho siempre en las poblaciones de la costa de la ría arousana por parte de los agricultores.