El grupo catalán asume la gestión de los dos hoteles durante los próximos cinco años La Asociación de Hostelería teme que la operación menoscabe la imagen de O Grove
30 mar 2004 . Actualizado a las 07:00 h.?a decisión del Banco Pastor de ceder la gestión de los hoteles del Grupo La Toja al grupo Hesperia ha cogido desprevenido a casi todo el mundo. Los trabajadores de los dos establecimientos de la firma _Gran Hotel y Hotel Balneario_ se enteraron ayer de la noticia por la prensa. Y la sorpresa dio pronto paso a la inquietud ante el mutismo que la dirección del grupo La Toja guarda sobre este asunto. El comité de empresa no contaba con estas novedades, máxime teniendo en cuenta que hace dos semanas le fue comunicado oficialmente el nuevo organigrama directivo de los hoteles, y este mismo mes tenían en su agenda el inicio de la negociación del convenio colectivo del 2004, después de haber llegado a un acuerdo satisfactorio el pasado mes de diciembre sobre el convenio del 2003. Los dos hoteles aglutinan una plantilla fija de 130 trabajadores que pasan a 400 en temporada alta. Ayer, el comité intentó recabar información de primera mano sobre el futuro modelo de gestión y sobre lo que éste deparará a los trabajadores. Pero sólo pudieron optener información oficiosa. No lograron reunirse con la dirección del Hotel, y de sus contactos con el grupo Hesperia sólo sacaron en limpio un mensaje de tranquilidad. Los representantes de los trabajadores se reunieron ayer tarde y decidieron mantenerse a la espectativa de lo que pueda pasar en las próximas horas. El Grupo Hesperia, que ayer no quiso facilitar ningún dato sobre la operación, anuncia para mañana una comparecencia de prensa en la que «se detallarán todos los puntos del acuerdo». Cuestiones como el futuro laboral de la plantilla, el organigrama directivo o la reforma del Gran Hotel prevista para el próximo año son algunas de las cuestiones que se deberán dilucidar en un futuro inmediato. La noticia también cogió desprevenida a la Asociación de Hostelería de O Grove. Su presidente, Jorge Olleros, señalaba ayer que el municipio debe permanecer atento «a que se manteñan os criterios de calidade da illa. Debe ser unha cuestión de Estado para O Grove». La desvandada del Banco Pastor debe servir para «reflexionar sobre a importancia das pequenas empresas, que imos seguir aquí sempre». Y para abrir otro debate sobre la posibilidad de que todos los hoteles de O Grove puedan beneficiarse de los manantiales que han hecho famosa a la isla.