Cerca de medio centenar de las cerca de 120 especies procedentes de la pesca y del marisqueo que se descargan en las 12 lonjas situadas entre Vilaboa y A Guarda cotizan a menos de tres euros el kilo, según se desprende de los datos del cómputo del año pasado. Las especies afectadas por esta contención de precios representan entre un 30 y 50% del movimiento total de las lonjas del área de Vigo. En la rula de A Guarda, por ejemplo -según datos de la Plataforma Tecnolóxica de Galicia- un total de 20 de las 53 especies subastadas cotizaron por debajo de los tres euros; en Vilaboa, sin embargo, solo 1 de cada ocho tipos de pescado que se descargaron en ese puerto se vendieron por debajo de esa cantidad mientras que en Cangas las cifras subieron y el desplome del precio afectó a 31 de las 61 especies que se subastaron en la lonja.
En Vigo, casi 60 tipos de pescados y mariscos que pasaron por las lonjas de O Berbés -de las aproximadamente 120 clases que se subastan- se quedaron en ese bajísimo umbral, un indicador de que la crisis de consumo está haciendo verdadero daño al sector que suministra pescado fresco a gran parte de España. Estas cifras contrastan notablemente con las de mediados del año 2007, cuando se producía un escenario de precios muy diferente. Entonces, cerca de medio centenar de tipos de pescados y mariscos superaban los 15 euros el kilo, lo que representaba un valor superior a los precios medios de la mejor carne de ternera. Eran los tiempos de bonanza económica, en los que la crisis hipotecaria no apretaba, ni el petróleo estaba tan caro ni la cesta de la compra era un bien de lujo, como ahora, sino de primera necesidad.
Pese a los descensos de 15.000 kilos menos de pescados subastados frente al 2007 y a los ingresos inferiores en 1,61 millones de euros, las lonjas de Vigo revalidaron el liderazgo gallego, con 37.638 toneladas y 121,9 millones de euros de cifra de negocio. Sin embargo, el paulatino desplome de los precios se ha ido comiendo las rentas de los pescadores. Además, estos bajos precios de las lonjas no coinciden con los que figuran luego en los puntos de venta de pescaderías o hipermercados. Sumando elementos negativos, el coste del mantenimiento de los buques de pesca ha subido inexorablemente, por no hablar del coste del gasóleo, que se ha elevado desde 0,18 euros el litro hasta los 0,43 euros actuales. A esta cuenta de gastos hay que sumar salarios a la parte, seguros, mantenimiento, aparejos y amortizaciones.
Fase de menor consumo
La actual fase económica es especialmente dura. Antes, las crisis cíclicas afectaban directamente al sector (los bajos precios del género no son ninguna novedad dado el sistema de oferta y demanda a través de una de puja a la baja, porque el producto debe ser vendido al ser perecedero cada día) pero ahora la recesión está condicionada por factores externos: recortes de consumo, alzas del petróleo y crisis de liquidez financiera, que afecta al euríbor de las hipotecas familiares, pero también a los créditos y a las condiciones de financiación de las empresas.
Hace tan solo año y medio, medio centenar de especies de pescados y mariscos marcaban un valor en O Berbés de 15 euros el kilo (alrededor de 2.500 de las antiguas pesetas), del total de 120 tipos distintos que son subastadas. Tras pasar la fase de la primera venta, habitualmente los valores de salida en la puja pública acaban duplicándose o triplicándose en los puntos de venta minoristas (supermercados, pescaderías o hipermercados) a los que acuden a diario los consumidores.
Según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, los consumidores pagaron en el 2007, por primera vez en los últimos años, más por un kilo de pescado fresco que por uno de carne de ternera, ya que alcanzaron precios medios de 6,92 euros y 6,25 euros, respectivamente. Pero eso es solo el precio medio máximo en O Berbés. Individualmente, se registraron récords como los del camarón (190 euros el kilo), la cigala (138 euros), el percebe (135) o la nécora (100 euros).