La madre de todas las fochancas

Nacho Mirás SANTIAGO/LA VOZ.

SANTIAGO

El temporal del 28 de diciembre del 2009 se llevó parte de la pista principal que comunica Moas de Arriba y Moas de Abaixo; seis meses después, el problema persiste

10 jun 2010 . Actualizado a las 12:48 h.

«A este señor téñenlle que traer o butano no coche particular da filla porque o camión non pode pasar, e os que recollen o lixo tamén tiveron que poñer un vehículo máis pequeno». Señalando con el dedo a todo un señor socavón que hay a sus pies, un vecino de Moas de Arriba relata algunos de los los inconvenientes que trae adosados el que es, sin duda de ningún tipo, el bache más grande de Santiago y, seguramente, de sus alrededores.

La primera impresión que se lleva el visitante es que se hubiera estrellado un meteorito en la pista asfaltada que comunica a los de Moas de Arriba con los de Moas de Abaixo. Pero no hay carteles de la Nasa, ni precintos policiales; ni siquiera el astrónomo Docobo tomando medidas acompañado del profesor Díaz Fierros. La enorme zanja tiene unos dos metros y medio de profundidad por algo menos de diez de largo; el asfalto se interrumpe bruscamente, como si el temporal que castigó con fuerza a Compostela la noche de los inocentes, 28 de diciembre, le hubiera dado un bocado.

Y así están, desde poco después de Navidades, las cuarenta familias que viven en Moas. Para que los de abajo puedan ver a los de arriba no les queda más remedio que ir por una pista alternativa que es justita para un coche pero que, de ninguna manera, podría atravesar un camión. «E se hai un incendio, ¿por onde vai pasar o camión dos bombeiros?», dice uno de los afectados que, como todos los demás, no entiende que en seis meses nadie haya movido un dedo para solucionar el problema. Después de bromear con la posibilidad de instalar un vistoso puente de tirantes, la conversación se torna mucho más seria: los vecinos exigen al Ayuntamiento que intervenga, y que lo haga ya. «¿Ou é que nós non pagamos os impostos como os do centro?», apunta alguien.

Justo por el destierro discurre un regato pequeño pero matón al que los vecinos llaman A Fonte. En diciembre, A Fonte bajaba tan crecida que destrozó el tubo de metal por el que estaba canalizada, completamente oxidado e inútil. Y el agua se llevó varias toneladas de tierra, la gravilla y el asfalto, tan lejos que apenas quedan rastros. Y fue así como una pequeña corriente de agua incomunicó a cuarenta familias. «Que saibamos, por aquí non pasou ninguén do Concello, nin a tomar medidas», dice un vecino. Otros acusan directamente al consistorio de despreciar a una parte de sus ciudadanos. Mientras, la fochanca sigue creciendo.

Iniciativas del PP

Por su parte, el grupo municipal del Partido Popular denunció ayer la situación del vial de Moas de Abaixo, así como la falta de actuación también del Ayuntamiento sobre un puente de Folgoso, en la misma parroquia, que se cayó en los mismos días y que así continúa cuatro meses después. Se trata de un paso que comunica con unas fincas, a las que su propietario no puede acceder ahora, según la edila María Castelao, quien demanda la intervención municipal para poner remedio en ambos casos.

En el caso de Moas de Abaixo, los populares sostienen que el problema vecinal ya no es solo que se hayan quedado sin el servicio de una pista que obliga a los vecinos a utilizar otra más angosta y donde es más difícil maniobrar. Afirman también que la señalización que advierte del corte de la pista entraña peligro. Dos vallas y una señal de prohibido el paso avisan de la inhabilitación del vial. Sin embargo, los populares indican que si bien está visible de día, de noche puede ser un problema para quienes no conozcan la zona, pues no hay ninguna señal adaptada para la oscuridad.

El PP ha presentado sendos ruegos para que el pleno apruebe que se restablezcan los firmes en ambos casos, así como que se recuperen en condiciones los cauces de los regatos vecinos de ambos, que se vieron afectados por el estado de los viales. La oposición acusa al alcalde de olvidarse del rural, «que tamén merece servizos e atención».