Unos analistas harán entrevistas y encuestas a un mínimo de 2.200 peregrinos del exterior, expertos y hoteleros
28 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Todavía romperá el sol a nacer 612 veces y lo sucederá la luna a su morir en otras tantas ocasiones. Aún queda todo eso por pasar hasta que caiga el muro de muros en la Catedral, se abra, de entre las santas, la puerta que más lo es y quede así inaugurado el próximo Xacobeo, en vísperas de la Nochevieja del 2009. Y, sin embargo, ya inquieta a las autoridades, incluso en Madrid, la cuestión esa de cómo atinar afrontándolo.
El Gobierno central, a través de la entidad Turespaña, acaba de iniciar los trámites de contratación de un ambicioso plan estratégico para el Camino de Santiago con motivo del 2010. Hasta 120.000 euros va a cobrar la empresa que finalmente sea designada para elaborarlo. Su nombre trascenderá a lo largo de las semanas venideras, aunque, con independencia de cuál sea, habrá de completar, dar forma y entregar un vasto trabajo cuando finalice noviembre, a lo sumo. El Ejecutivo aspira a que dicho análisis y cientos de entrevistas complementarias (más de 2.200) sirvan para exprimir como nunca antes el mercado exterior durante la oportunidad de negocio que se avecina, pero sin caer en el error de, intentándolo, provocar situaciones de colapso.
Así, la Administración entrega estos días a las compañías interesadas en redactar el informe un pliego de reglas de obligado cumplimiento para la que resulte adjudicataria de la investigación. El documento reconoce que la Ruta ya ha alcanzado la condición de «referente consolidado de gran relevancia y visibilidad internacional», si bien constata la «necesidad» de «disponer de datos para afrontar las variaciones en la demanda turística que se prevé origine la celebración del año santo».
Los expertos radiografiarán la oferta actualmente disponible en torno al trazado dentro de España, incluyendo en su diagnóstico medios y facilidades de transporte, albergues y demás alojamientos, locales de restauración, patrimonio artístico, recursos naturales, paquetes de visita comercializados...
¿Cuánto gastan, en qué...?
Igualmente, van a evaluar la demanda presente y la probable futura, clasificándola en tres grupos de zonas: Canadá, Estados Unidos y Japón; Alemania, Francia e Italia; y, por último, Reino Unido, Portugal, Irlanda y la Europa nórdica. ¿Cuántos habitantes de esos lugares recorren la senda que va a dar a las espaldas del Apóstol? ¿Por qué lo hacen? ¿Cómo ha ido evolucionando el fenómeno? ¿Qué influencia ha ejercido la creciente implantación de aerolíneas de bajo coste? ¿Cómo se comportan durante su estancia aquí, qué comen, dónde compran, cuánto gastan?? ¿Con qué expectativas emprenden el desplazamiento y cómo de satisfechos se marchan? A todo ello responderá el estudio.
Turespaña impondrá a la contratista la obligación de repasar bibliografía ya existente y, además, determina un mínimo de encuentros que sus empleados mantendrán con diversos miembros de la comunidad de personas de algún modo vinculadas al Camino. Como poco, en Galicia y otras siete autonomías, entrevistarán a 400 gestores de las empresas privadas que vivan de explotar la Ruta, 240 líderes de instituciones y entes culturales, 50 operadores, 30 agentes de viaje foráneos especializados en este nicho de mercado, nueve expertos o prescriptores internacionales y ocho técnicos de administraciones regionales. Asimismo, encuestarán a más de 1.999 romeros en tránsito hacia Compostela, así como a al menos 300 residentes en seis ciudades de tres naciones consideradas objetivo prioritario.
El Gobierno cree en la utilidad de la investigación como herramienta para «ahondar en la eficacia y eficiencia de la actuación pública y privada con respecto a este producto turístico, concentrando la actividad promocional y comercial en segmentos de la oferta que presenten mayor potencial de crecimiento». Busca una especie de hoja de ruta para adecuar sus estrategias a la realidad del Camino, a su margen de crecimiento y al gusto de los foráneos, en aras de «tener el máximo impacto y rentabilidad», pero con «equilibrio».