Vueling admite que desde abril cancelará el puente a Madrid y recortará a la mitad sus actuales conexiones con Barcelona

La Voz

SANTIAGO

01 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Tal como ascendió a los cielos, igual de fugaz, así mismo va a descender. El director de Relaciones Públicas de la empresa de nueva generación Vueling, Alfons Claver, confirmó ayer por la tarde la noticia que La Voz había adelantado unas horas antes: su compañía se repliega en Lavacolla, donde en estos momentos ocupa el segundo puesto del ránking de aerolíneas por volumen de pasajeros.

Así, coincidiendo con el inicio de la temporada estival de navegación, eliminará su ruta entre Santiago y Madrid y recortará un 46,1% la actividad en la de Barcelona. Por contra, reforzará un 25% las conexiones con Málaga, que resultan residuales, en comparación numérica con las anteriores. En suma, sus operaciones por semana, incluyendo las de ida y las de vuelta, bajarán de 66 a 32, cayendo en más de 51 puntos porcentuales.

A través de la línea con Barajas, inaugurada el 14 de septiembre del 2006, Vueling oferta actualmente dos despegues por jornada desde Compostela, salvo los sábados y domingos, cuando suprime uno. Así pues, a partir de abril, la desaparición de este servicio supondrá para el aeropuerto la pérdida de 24 movimientos semanales, sumados los de ambos sentidos de viaje. Mientras, los ajustes en el enlace de El Prat implicarán para la terminal una mengua de otros 12 tránsitos, pues solo permanecerán en panel una salida diaria y su correspondiente llegada.

La conexión de París continuará como hasta ahora, con cuatro despegues desde Santiago por semana, y la de Málaga ganará uno, hasta alcanzar los cinco. «Estamos muy contentos con Lavacolla, pero debemos juzgar nuestras rutas una a una. En la de París y Málaga nos va de perlas, en la de Cataluña muy bien, pero no tanto en la de Madrid», explicó Claver. «Cancelamos el Barajas por este motivo -agregó- y, fundamentalmente, porque necesitamos aviones para la expansión en Canarias. Y sacamos un Barcelona por problemas con las rotaciones que son imposibles de cuadrar».