Su reflexión es profunda. «Vivo con mi madre y me encanta. Muchas veces, al meterme en la cama, sueño con el día en que se muera y pienso que me volvería loco. Tendrían que llevarme a una institución y eso no me gustaría», afirma Jaime Vázquez. Este coruñés de 35 años con síndrome de Down será uno de los siete participantes en el denominado Programa de vida autónoma, «que pretende preparar y dotar de todo lo necesario a las personas con discapacidad para que puedan valerse por sí mismas. Es una vuelta de tuerca más hacia la normalidad», explica José Rodríguez, gerente del colectivo Down Coruña. Jaime trabaja desde hace un año en una gasolinera de las afueras de la ciudad. «Aunque me gustaría tener una nómina suculenta me va de maravilla y con los clientes fenomenal. Solo hubo una señora que no quiso que fuese yo el que la atendiese», recuerda.
«Sé freír un huevo, un bistec, unas patatas, un chorizo, o hacer una tortilla francesa, pero normalmente no me atrevo a hacerlo», comenta en el aula-cocina, denominada de vida autónoma, que la asociación coruñesa instaló en su sede social con la colaboración de Caja España merced a un convenio de 30.000 euros. Aquí los enseñarán a planchar, a poner el horno o la lavadora y hasta a pagar la comunidad. Le pregunto a Jaime dónde le gustaría vivir cuando pueda independizarse. «En el edificio San Carlos, en la avenida de San Cristóbal, que es donde ya vivo ahora», afirma con seguridad.