El Valencia no consigue el crédito para pagar hoy a la plantilla

La Voz

PONTEVEDRA

12 feb 2009 . Actualizado a las 02:56 h.

El Valencia atraviesa la mayor crisis de su historia. El equipo está luchando por una de las plazas de la Liga de Campeones, pero el club está con el agua al cuello, hasta el punto de no disponer de liquidez para pagar de forma inmediata los 40 millones que debe abonar por las fichas de los jugadores, uno de los plazos de las obras del Nuevo Mestalla y los correspondientes impuestos. Según las cuentas aprobadas en la última junta de accionistas, en noviembre del 2008, la deuda es de 499 millones de euros (unos 83.000 millones de las antiguas pesetas).

La Unión de Empresas Temporales (UTE) que construye el estadio podría paralizar las obras si el club no le abona hoy los 14 millones de euros correspondientes al último plazo. De ahí que la entidad busque desesperadamente un préstamo para saldar la deuda con la constructora y con la plantilla, a la que debe 15 millones.

Negativa de Bancaja

Las necesidades del club levantino son tantas que el presidente de la entidad, Vicente Soriano, intentaba abrir una línea de crédito de cien millones de euros, con la que la deuda del club pasaría de los 499 millones de euros actuales a los mareantes 599, para de este modo tener un cierto margen hasta julio, fecha en la que debe abonar el segundo plazo de las fichas de los jugadores.

Vicente Soriano, que se hizo cargo del club el pasado verano después de llegar a a un acuerdo para comprarle las acciones a la familia Soler, no encuentra la forma de avalar una cantidad semejante después de que Bancaja, a la que el club adeuda 240 millones de euros, se haya negado a ampliar el crédito. El Valencia, que está tratando de cerrar el contrato de televisión con Mediapro, negocia con una entidad extranjera a la que por el momento no ha podido ofrecer las garantías mínimas.

Pelotazo dilapidado

Bajo la presidencia de Juan Soler, dilapidó en fichajes y destituciones durante los últimos años buena parte de los ingresos que pretendía obtener por la recalificación y posterior venta de los terrenos en los que está el estadio de Mestalla. Lo que prometía ser un pelotazo salvador se ha convertido en un problema. Con el nuevo estadio a medio hacer, los terrenos del antiguo siguen sin venderse y la entidad no ha dejado de incrementar una deuda que podría llevarle próximamente a la suspensión de pagos.

Vicente Soriano, que ha puesto en varias ocasiones fecha para la venta de los terrenos, aún no lo ha conseguido y tampoco ha abonado a la familia Soler la compra de las acciones. De hecho, en marzo, Juan Soler, muy tocado por la crisis del ladrillo, debe hacer frente al pago de 26 millones de euros por la compra de una de las parcelas de Mestalla. Ni el ex presidente ha visto un euro de la venta de las acciones ni en el horizonte se vislumbra un futuro comprador.

Tampoco hay una fecha para que el Nuevo Mestalla esté acabado, pese a que en la presentación del proyecto, Juan Soler había puesto la fecha de julio del 2009. Posteriormente, fue retrasada a enero del 2010. Un plazo demasiado largo para un Valencia asfixiado.