¡A nadar! Los discos de flotación tricolores han ido ganando popularidad por méritos propios. Efectividad, comodidad y durabilidad son tres de los pilares de su éxito
15 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Han sido durante décadas los reyes indiscutibles de piscinas y playas. Raro era encontrar a padres o madres que no hayan recurrido a ellos para que sus hijos aprendiesen a nadar con cierta ayuda y un aporte extra de seguridad. Pero algo ha cambiado. Desde hace unos años los manguitos hinchables han sido destronados por unos discos de flotación tricolores —los más usados son rojo, verde y amarillo— que, lejos de ser tan solo una moda, se erigen como uno de los métodos más adecuados para iniciar a los más pequeños en la natación. «Son los que recomendamos. Los tenemos para los cursos de los más pequeños. Consiguen estabilizar a los niños desde el primer momento en el que entran en contacto con el agua y permiten que se puedan ir retirando progresivamente y según van cogiendo confianza la flotación. Empiezan con tres discos, pero después pasan a dos a uno… Y al final nadan solos», explica Ángel Aradas, monitor y socorrista del Club del Mar de San Amaro, en A Coruña, que no se muestra partidario de otro de los productos en auge en los últimos tiempos, los chalecos de flotación, porque «encorsetan al niño y le quitan mucha libertad de movimiento».
Lejos de ser una moda actual, tienen más de cuarenta años de historia. Fueron ideados por instructores de natación para fomentar el movimiento libre de los brazos sin obstáculos que interfieran. «Llevamos más de 15 años utilizándolos. A los niños les proporcionan confianza desde el primer día y permiten una enseñanza progresiva y adaptada. En la piscina interior, la municipal, solo permitimos estos porque hay mucho manguito hinchable que se pincha nada más mirarlo o que no puedes comprobar su homologación», precisa el monitor coruñés, que señala como un punto fundamental a la hora de aprender a nadar la familiarización previa con el agua. «Lo más importante es perder el miedo al agua. Es algo que se puede hacer desde los primeros días de vida, simplemente en la bañera. Que vean que no es un elemento extraño. Después hay que tener paciencia porque cada niño tiene su ritmo», añade.
Los discos de flotación llegaron a España en el 2006 de la mano de la empresa Btbox, pero fue hace un par de años, cuando la influencer María Pombo subió un post a Instagram de su hijo Martín, cuando los manguitos tricolor experimentaron un auténtico bum. «Los tenemos desde que abrimos en el 2017, pero últimamente hay más demanda. Es un producto que siempre nos ha funcionado bien. En verano más, incluso este año que casi no lo hemos visto, pero también en invierno para los cursos de natación. Este año vamos por la tercera reposición», comenta Manu Iglesias, propietario junto a su mujer, Alba Francia, de la tienda especializada en niños y crianza respetuosa Úpala Shop, en O Temple (Cambre). «Delphin es una marca asentada, con materiales de buena calidad y duraderos. A nuestras hijas se los cogimos hace siete años y están perfectos. Aguantan hasta 60 kilos de peso, no hay riesgo de que se pinchen o deshinchen, es casi imposible que se salgan del brazo, no provocan rozaduras, no tienen materiales tóxicos…», enumera sobre las bondades de un producto que, por méritos propios, cada día está más omnipresente en playas y piscinas.