Julio Rodríguez Taboada, profesor: «Lo importante en la clase de Matemáticas no son las matemáticas»

Que «los jóvenes de hoy no son peores a los de antes», y que «las matemáticas no son más importantes que ninguna otra materia», son algunas de las premisas que sostiene Julio Rodríguez Taboada, profesor y presidente de la Federación Gallega de Profesores de Matemáticas, quien además afirma que «no quiero que se me vea como ejemplo de nada. Simplemente tengo un cargo de mayor visibilidad».

—¿Por qué cuestan las matemáticas?

—Porque es una asignatura de conceptos abstractos, cuya enseñanza tradicional no ha sido muy amable. Es una materia que se ha alejado mucho de la realidad a la hora de enseñarse, y eso hace que la gente acabe alejándose.

—¿Cómo acercarlas a la realidad?

Trabajándolas desde contextos significativos para el alumno. No digo que contemos los lápices del estuche, sino que el estudiante entienda que las matemáticas ayudan a la sociedad a avanzar. También es importante saber cómo aprenden los niños.

—¿Qué hace que una clase sea buena?

—Es fundamental que el alumno no tema equivocarse, que haya buen clima. Yo viví desde pequeño que el error se penaliza, pero es una parte completamente normal en cualquier aprendizaje. Si un alumno hace una intervención en clase y se equivoca en una respuesta, pero lo habla, lo interioriza y lo comparte, a lo mejor entenderá su error y esto le ayudará a aprender. Lo otro, es que el profesor domine la materia; que se forme sobre cómo aprenden los estudiantes y que tenga recursos variados para no caer en la monotonía.

—¿Matemáticas es una de las materias más importantes?

—Nunca me gustó ese concepto, porque nuestro trabajo como docentes es formar personas, y desde esa perspectiva tenemos que tener muy claro que lo importante en la clase de Matemáticas no son las matemáticas, sino a quiénes estamos enseñando. Sí hay ciertos conceptos que pueden facilitar otras materias, como física, economía o geografía. Son un instrumento que sirve para otras cosas, pero no son más importantes.

—La materia cayó 15 puntos en las últimas pruebas PISA…

—Cayó casi en todos los países, porque hubo una pandemia de por medio. Pero a mí lo que más me preocupa es que desde el primer PISA en el que participó España, seguimos siempre en el mismo lugar; no bajamos, pero tampoco subimos. Con esta y otras pruebas se evidencia que los españoles de 15 años tienen problemas a la hora de enfrentarse a ejercicios matemáticos en contextos diferentes a los que habitualmente trabajan en el aula.

—¿Por qué ocurre?

—Los chicos saben resolver los ejercicios, pero tienen muchos problemas para conectar. En España, las matemáticas se trabajan desde una perspectiva mucho más algorítmica y procedimental, pero no en entender lo que se hace, no se trabaja la parte argumental.

—¿La educación está dividida?

—Sí. Hay conceptos matemáticos que se ven por primera vez en Física y no en Matemáticas. Esa desconexión es algo que hay que trabajar. Si hay conceptos necesarios para avanzar en otras materias, deben darse primero en Matemáticas, porque la forma de entenderlos es muy distinta.

—Hay quienes culpan a los chicos de ahora y su dispersión…

—Cuando yo era joven, no estaba todo el día colgado de una pantalla y no hablaba con mis amigos por WhatsApp o Instagram; pero porque no existían, no porque yo fuese distinto, ni mejor, ni más responsable, sino porque son posibilidades que no existían. No creo que los jóvenes de ahora sean, en ningún caso, peores, ni menos trabajadores de lo que éramos mis compañeros o yo, aunque sí están expuestos a más estímulos constantes e inmediatos, y eso los puede distraer.

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