Seis locales gallegos para comer debajo de la parra

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MARCOS CREO

Pocos lugares hay más bucólicos que la sombra de una parra. Estos locales han sabido aprovechar la belleza y el frescor que ofrecen sus emparrados para el disfrute de la gastronomía, del vino o de una charla

04 sep 2023 . Actualizado a las 13:31 h.

Estamos en plena temporada de vendimia. Pero hay parras que no solo son utilizadas como productoras de uva. Tadicionalmente dieron cobijo y sombra en muchas casas de aldea. Algunas de ellas siguen siendo hoy aprovechadas como privilegiada sombrilla natural en terrazas de establecimientos hosteleros.

PACO RODRÍGUEZ

O FOGAR DE SANTISO (Teo)

Es complicado escoger un rincón favorito de entre los muchos que ofrece este local: el enxebre comedor en las caballerizas, el de la casa labrega, las mesas de la arboleda... Pero en los días en los que aprieta el calor, las mesas bajo la parra son las preferidas por la clientela. Y es que no es fácil imaginar un ambiente más idóneo para una propuesta gastronómica tan profundamente apegada a la tierra como la del concurrido restaurante de Teo. 

MONICA IRAGO

AS SETE CAMPÁS (Meaño)

Héctor Valiente y Rafael Muñiz son los responsables de este proyecto que combina tapería y alojamiento desde la premisa de potenciar las raíces gallegas y los vínculos con su entorno. En el corazón del Salnés un elemento fundamental de ese entorno son las viñas. Y bajo ellas habilitaron un comedor con 12 mesas. Disponen de otro en la antigua vaquería de la casa. Su propuesta gastro también tiene que ver con el terruño. De hecho, cuentan con huerta propia. Deliciosa la ensalada de tomate de la casa, sobresalientes los huevos rotos y recomendables también la richada y la croca. 

ANGEL MANSO

CASA PAQUITA (A Coruña)

En su día fue una terraza y hoy es una galería acristalada, lo que permite utilizarla incluso en invierno. Pero su elemento central y más icónico sigue siendo la vieja parra que la cubre prácticamente en su totalidad. De hecho, si la terraza sigue aquí es por la parra. «El ayuntamiento quería construir una acera, pero como la parra era centenaria no pudieron tocarla», cuenta el propietario, que aconseja degustar allí las croquetas de rabo de vaca, el salpicón o los pescados y mariscos a la brasa. 

O Furancheiro

O LAGAR EN EIRAS (O Rosal)

Como un «paraíso de sensaciones» se presenta esta singular y popular taberna habilitada en una casa de labregos datada en el 1800. Y entre las sensaciones más placenteras está disfrutar de su oferta culinaria —basada en la calidad de su materia prima— bajo la parra que sombrea una de sus terrazas. Entre sus platos, las filloas de boletus con erizo de mar, el gallo de Mos al horno, el lomo de porco celta o la merluza sobre fondo de mejillones. 

Ramón Leiro

O CHOUZO (Bueu)

Un manto vegetal verde —protegido por una tela blanca, para evitar que las hojas o sus pobladores caigan sobre sus diez mesas— cubre la solicitada terraza de O Chouzo, el local que hace más de cuatro décadas abrió como furancho el abuelo de su actual propietario, Eladio Baena. Hoy, convertido ya en restaurante, mantiene el respeto por el producto gallego. Entre sus especialidades, las cazuelas de peixe, los arroces y el pulpo. 

CARMELA QUEIJEIRO

XANXO (A Pobra do Caramiñal)

Más de dos siglos cuentan que tiene la parra del Xanxo. El restaurante también tiene solera. Abrió en 1979. El emparrado cubre 120 metros cuadrados de la terraza del local, proporcionando una sombra tupida y natural. «Los días que hace mucho calor, baja la temperatura del exterior unos 8 o 9 grados», comenta el propietario. Además de la zona de la parra, el Xanxo dispone de un comedor interior y de un alboio, en el que se conserva la prensa que se utilizaba para hacer vino en la casa.