Tras 20 años de afianzada trayectoria, Merche se reivindica como artista total: compone, canta, arregla y produce sus canciones. Y por si algo le faltaba, en unos días la veremos en «registros impensables» en la nueva edición de «Tu cara me suena»
15 mar 2023 . Actualizado a las 12:07 h.No es fácil contener el ímpetu de Merche (Cádiz, 1974). Ni siquiera durante la charla. La artista gaditana se adelanta casi siempre a su interlocutor, al tiempo que va engarzando de manera ágil y amena argumentos y anécdotas para amplificar el peso de un discurso que se advierte ya de por sí bien sostenido. Aunque en sus comienzos, que coincidieron con el bum de OT, no faltó quien la encasillara en aquella remesa de productos comerciales, no tardó Merche en reivindicarse con voz propia. Es la autora de todas sus canciones y no se cansa de decirlo. «Es que aún hoy me siguen preguntando quién me compone los temas. ¿Por qué no se lo preguntan a Pablo Alborán y a mí sí? ¿Porque llevo una falda corta? Pues más corta me la voy a poner», expone con esa conjunción tan suya de enfado, humor e ironía.
A sus 48 años, Merche se define hoy como una «niña chica en un cuerpo de mujer». Pero al tiempo presume de evolución y de madurez. En lo personal y en lo artístico. En el 2022 celebró sus 20 años de carrera. Una celebración a la que va a dar continuidad ahora con una serie de canciones en las que actualizará la historia que se contaba en algunos de sus primeros éxitos. ¿Qué ha pasado 20 años después con sus protagonistas? La primera entrega es Una y otra vez, un tema en clave muy disco.
—Hablas de «Una y otra vez» como el «capítulo 1 de una nueva etapa». ¿Cómo es esta nueva etapa? ¿Qué nos vamos a encontrar?
—A ver, yo el año pasado celebré el 20 aniversario de mi carrera musical. Y lo hice publicando el disco 20 conmigo. La gente esperaba un álbum con mis canciones de siempre, remasterizadas o actualizadas, pero como yo siempre hago lo contrario de lo que se supone que debería hacer, saqué un disco con canciones inéditas. Aunque, eso sí, al final, a modo de regalito, llevaba un medley con algunos de esos temas que me han dado tantas alegrías a lo largo de estos 20 años. Y ahora, después de haber publicado ese disco, se me ha ocurrido un nuevo proyecto, del que forma parte este «capítulo 1». Un proyecto en el que quiero hacer, como en las pelis, una especie de secuela de algunas de mis canciones contando qué ha pasado con aquellas historias después de 20 años. He empezado con Una y otra vez, que habla de lo que ha pasado después de todo este tiempo con lo que se contaba en No me pidas amor, que fue el primer sencillo de mi primer disco.
—¿Y qué ha pasado?
—Pues mira, hace 20 años, en la canción era el chico el que estaba enamorado de mí, pero yo lo quería solo como amigo. Y ahora, que me lo he encontrado de nuevo, se ha dado completamente la vuelta la tortilla. Soy yo quien lo deseo y la que va a saco a por él.
—Veinte años después es la mujer la que toma la iniciativa sin ningún tipo de reparos y la que le expone claramente sus deseos al hombre.
—Efectivamente. Lo que también trato de exponer con esta canción es la diferencia entre el papel que tenía la mujer hace 20 años y el que tiene ahora. Las mujeres de mi generación siempre esperábamos ser conquistadas. Por fortuna, de unos años a esta parte, la mujer se ha lanzado mucho más en ese sentido. Hoy tanto ellas como ellos pueden tomar la iniciativa en las mismas condiciones. Ese es uno de los mensajes que pretendo lanzar con esta canción.
—Bueno, pues ahora que ya sabemos cómo ha evolucionado la historia de la canción, ¿cómo ha evolucionado Merche en estos 20 años?
—Yo me veo igual. Bueno, en la cara sí que se me nota el paso de los años [se ríe]. Pero en cuanto a la ilusión, las ganas de que la gente disfrute y el amor por la música, tengo las mismas de siempre. Sigo estudiando, ahora también hago algo de producción, me meto en los arreglos... En fin, que me veo igual, pero con más experiencia.
—En «Una y otra vez» revives, tanto en el videoclip como en el propio estilo musical del tema, aquella época discotequera de los años 80, un poco al estilo de Dua Lipa. ¿Te has travestido en diva del pop?
—Es que yo, aunque sea muy baladista (eso de cortarme las venas lo seguiré haciendo hasta que me muera), también soy muy de música de baile. Siempre he tenido esas dos vertientes, además de muchas influencias de mi tierra, Andalucía, y de la música negra. Me encanta que, por fin, aparte del reguetón, que está muy bien, se haya abierto una ventanita, que haya entrado aire fresco y escuchemos otras sonoridades y otros mensajes. Porque, además, la música festiva y los mensajes sociales no son incompatibles. Yo, hace muchos años, hice Abre tu mente, que es una canción que habla de la violencia de género a ritmo discotequero. Y es un tema que a día de hoy no puede dejar de sonar en mis conciertos.
—Si hoy miras las listas de éxitos en España, están copadas por artistas que apenas alcanzan la treintena. ¿Ves lugar para una cantante y compositora como tú, que ya ronda los 50, o sientes que cada vez es más difícil para mujeres como vosotras?
—En España lo complicado es mantenerse. De hecho, si te fijas, excepto dos o tres, los artistas que empezaron conmigo ya no están en este negocio. Pero yo no me puedo quejar. Hay momentos en los que puedes tener un nivel mayor o menor de exposición, pero yo no he dejado nunca de trabajar y sigo recibiendo el cariño del público. La edad está en como tú te sientas y en como tú tengas la cabeza. Yo soy una niña chica en un cuerpo de una mujer de casi 50 años. Yo me siento muy viva. Siento que puedo hacer lo mismo que cualquiera de esas chiquillas jóvenes. Excepto eso que ahora se lleva tanto, de enseñar el culo [se ríe]. Que me parece maravilloso, pero si no lo hice a los 20...
—Hablabas antes de «Abre tu mente». Eres un de las pocas cantantes de pop que en sus letras no ha eludido nunca el compromiso social ni el feminista.
—Yo le he cantado mucho al amor y al desamor porque es el motor de la vida de todos y, al final, lo que tú cuentas son tus vivencias. Pero desde el principio de mi carrera siempre he entendido como una de mis obligaciones el transmitir ciertos mensajes de tolerancia, libertad, respeto e inclusión. Por eso tengo tantísimas canciones que hablan de la emigración, de la homosexualidad y, por supuesto, de la mujer. El hablar de la fuerza y de la independencia de la mujer es el leit motiv de mi carrera. Mi mensaje es, siempre, que solas podemos. Y es que mi vida es reflejo de eso. En lo personal, soy madre soltera, adopté a una niña india que es el regalo más grande que me ha dado la vida. Y en lo profesional, mis canciones son mías, mis arreglos son míos y muchas incluso están producidas por mí. Más empoderada no puedo ser.
—En unos días se estrena la edición número 10 de «Tu cara me suena», en la que tú eres una de las participantes. ¿Qué Merche vamos a ver allí?
—Mil Merches vais a ver. Bueno, dieciséis concretamente, que son las semanas que dura el programa. Vais a ver una Merche muy divertida, que se lo ha pasado muy bien y que ha hecho cosas que en mi vida hubiera imaginado que haría. He intentado imitar lo mejor posible, aunque yo no he imitado en mi vida. Y, sobre todo, me he reído mucho.
—¿Has tenido suerte con el pulsador?
—¡Qué va! Me ha tocado imitar a artistas con voces muy peculiares y con registros muy, muy diferentes al mío. Salvo dos o tres canciones, que se podrían parecer a lo que yo hago, ha sido todo completamente diferente. He cantado por los años 40, los 50, los 70, he hecho cosas superclásicas, he rapeado... Bueno, bueno, bueno... Y cuando salga de hombre os vais a morir. Yo tenía la falsa ilusión de que si fuese chico iba a estar bueno. ¡Ja! ¡Dios mío de mi alma, no hay nombre para describir lo que vais a ver ese día!
—Aunque, como dices, nunca en tu vida has imitado a nadie. ¿A quién te gustaría parecerte, aunque fuese un poquito?
—Buah!, tengo muchas. Desde Chavela Vargas, pasando por Amy Winehouse o por Sting, por decirte tres que no tengan nada que ver unos con otros. Pero para mí, la mejor cantante de todos los tiempos es Ella Fitzgerald. Si de cualquiera de ellas tuviera un uno por ciento, ¡qué feliz sería!
—¿Te veremos este año por Galicia?
—Espero que sí. Voy a girar por toda España.
—¿Cómo es tu relación con nuestra tierra?
—¡Oh, maravillosa! Tanto cuando voy a actuar como cada vez que voy de promo a Luar, a Bamboleo o a Land Rober me lo paso superbién. Me harto de comer pulpo á feira y lacón con grelos. Galicia es una tierra maravillosa. Me encanta su verde, su olor. Y lo bonita y cariñosa que es la gente. Tengo un vínculo muy, pero muy especial con Galicia.