Guisar peixe

YES

María Pedreda

01 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Una sola sardina encierra todo el sabor del mar. La sentencia de Julio Camba se impone cuando el periódico alerta del veto a la pesca en 87 áreas del océano sancionado por la UE y que, según el sector, supondrá un golpe mortal a la flota gallega. Si el pronóstico de los mariñeiros es así de crudo, entristece la desidia general y la indiferencia, por ejemplo, del ministro de Consumo que esta semana confesó en Vigo que vive al margen de las tribulaciones del gremio. «Primera noticia», reconoció Garzón.

Con los demoledores titulares brillando en la prensa del día, es hora de que los comedores de pescado reconozcamos el privilegio que supone vivir en Galicia y acceder a una oferta imposible de encontrar en cualquier otro lugar. Incluso en países pescadores como Irlanda resulta inútil buscar en las cartas o en los mercados algo que no sean fish and chips, algún ahumado o pequeños mejillones cocinados con una mantequilla que siempre sobra.

Aquí, las pescaderías están repletas de especies próximas y lejanas que dan para comer pez de un millón de maneras diferentes. Un festival y una fortuna que contagia todo lo que somos, desde la economía a la gastronomía, la arquitectura y la lengua. El mercado coruñés de la plaza de Lugo, por ejemplo, es una barbaridad de categoría similar a los grandes monumentos del país y una rareza en un mundo en el que el mercado impone a la comida que consumimos recorridos inexplicables.

El martes visitó el Fórum Gastronómico de Galicia Ángel León. El cocinero andaluz ha conseguido el título de chef del mar que los grandes cocineros gallegos dejaron escapar. Le preguntaron por sus temores, quizás presentada la interrogación como una manera de saber a qué miedos se enfrenta un supercocinero, esa parálisis creativa que asociamos con los artistas. Pero León bajó a tierra y proclamó que su miedo más agudo es que la gente deje de guisar. Guisar. Guisotes. Esa palabra que se va hundiendo entre ceviches y quinoas, como si aquí no tuviésemos escabeches y lentejas. Guisar en casa alguno de esos grandiosos peixes que aún tenemos en los mercados del país. Aún.