Mariluz y Bea, 35 años trabajando juntas: «Jamás hemos tenido una discusión»

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ANGEL MANSO

Estas dos peluqueras de profesión, que se ven a diario en su lugar de trabajo, bromean: «Nos vemos más que a nuestros maridos, y menos mal»

17 ene 2022 . Actualizado a las 15:03 h.

«Somos pareja de hecho», dicen Mariluz Rey Varela y Beatriz Vicente Docampo, y razón no les falta porque las dos mujeres trabajan juntas en A Coruña desde 1987. Ese año se cruzaron por primera vez en una peluquería del centro. «Trabajábamos las dos en Rasgos, cerca del museo de Bellas Artes. Después volvimos a coincidir en Pino, en la calle Andrés Gaos», explican las peluqueras, que entonces tenían 22 y 19 años, respectivamente, y que ahora son socias.

 «Tenemos clientes que vienen la madre, la hija y la nieta. Y otros a los que atendemos desde que eran niños», explican. «Nos vemos más que a nuestros maridos, y menos mal», bromea Bea, que admite que pasar tanto tiempo juntas nunca les ha pesado. «Tenemos un carácter diferente y nos compenetramos muy bien. Somos el yin y el yang», añade Mariluz, la más nerviosa de las dos. «Pero luego, cuando pasa algo, la que más me agobio soy yo. Mariluz mantiene la calma y dice que no pasa nada, aunque se esté cayendo el techo», apunta Bea.

QUEDADA TODOS LOS VIERNES

Antes de hacerse socias, las dos mujeres ya trabajaron juntas en el mismo local que regentan ahora en el centro comercial del Ventorrillo, en A Coruña. «Lo compré cuando trabajaba en Rasgos, era muy jovencita, pero vi una buena oportunidad y además mi suegro era albañil y me hizo él la reforma», dice Mariluz. Así, en el 92 se mudaron a ese espacio, que ahora se llama Maybe. «Yo paré un tiempo cuando tuve a mi primera hija, entre el 92 y el 99, pero trabajaba igual los fines de semana», explica Bea. Años después, en el 2003 se mudaron a otro local. «Tenía ganas de un cambio y cuando me ofrecieron llevar otra peluquería no lo dudé. Después, cuando cerró, en el 2010, volvimos aquí y ya nos hicimos socias. Antes éramos colegas reincidentes», bromea Mariluz.

En todo ese tiempo nunca se han enfadado. «En 35 años nunca hemos tenido una discusión seria». Y lejos de estar cansadas de verse, todos los viernes se reúnen para tomar algo con sus maridos. «Salimos de la pelu y nos vamos los cuatro. Llevamos haciéndolo desde hace cuatro años». Además de cenas y trabajo, comparten garaje: «Yo vivo por la zona y tengo el garaje debajo del local, entonces Mariluz aparca aquí por las mañanas cuando mi marido se va a trabajar», señala Bea.