Ruby, el cuarto chocolate

MARCO SORIANO DE TEJADA

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Conocido como el chocolate rosa, viene a completar la gama que hasta ahora formaban el negro, con leche y blanco, dispuesto a conquistar a una nueva generación de consumidores, como son los millennials

21 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha costado muchos esfuerzos y tras varios años de investigación, al final se ha conseguido. Ha sido la casa chocolatera belga Callebaut en colaboración con la universidad alemana Jacobs, de Bremen, la que se ha embarcado en esta aventura que ha concluido con el descubrimiento más novedoso de los últimos 80 años en lo que a chocolate se refiere.

Hecho con el mejor chocolate belga Ruby RB1, solo la selección experta y el procesado meticuloso de los granos pueden lograr esta variedad de intensas notas afrutadas frescas y ácidas. El sabor equilibrado se obtiene con la mezcla de habas de cacao con origen en tres países: Costa de Marfil, Ghana y Ecuador. Pero entre sus cualidades destaca que es totalmente natural, no lleva ningún tipo de colorante añadido, ya que los precursores de color se encuentran presentes en el grano. Hasta que se ha desarrollado el chocolate ruby, el método tradicional le daba la tonalidad marrón, ya que las bayas de cacao se fermentaban y tostaban, adquiriendo a la vez el característico sabor amargo. Caso aparte es el del chocolate blanco, ya que hay gente que no lo considera como tal, porque a pesar de llevar en su composición manteca de cacao, no lleva sólidos de este.

El innovador proceso consiste en anular la fermentación de los granos y seleccionar aquellos que son ricos en flavonoides, para posteriormente someterlos a un proceso de acidificación. Sus posibilidades van mucho más allá de la confitería. Se abren así mayores oportunidades para maridajes y los chefs ya están experimentando combinaciones con el champán rosado, la cerveza de cereza belga, caramelos salados o incluso el queso azul. Uno de los productos que se han lanzado últimamente es la conocida barrita Kit Kat con el chocolate rosa. Se trata de llegar a un nuevo público que valora la vida sana y saludable, pero que no quiere renunciar a la búsqueda del máximo placer. De momento, su consumo no es muy alto ya que todavía no es fácil encontrarlo en el mercado, pero se estima que en unos años incluso se ponga por delante del chocolate blanco.