Es un referente de yoga en nuestro país, donde son miles los que participan en sus clases a través de la cuenta de Oysho todos los martes y viernes. Ella cree que la clave del éxito es tener vocación de enseñar y no dejar nunca de formarse
30 abr 2020 . Actualizado a las 22:15 h.Descubrió el Yoga en Nueva York. Un amigo (ahora su marido) la invitó a una clase y se convirtió en una especie de cita semanal. Cuando llegó a España empezó a ir a un centro pequeño de yoga un par de veces a la semana al finalizar sus largas jornadas de trabajo en una entidad financiera, y poco a poco acabó por incorporarlo como rutina a las 7 de la mañana antes de entrar. «El yoga es parte de mi vida desde hace casi 20 años, -confiesa Xuan Lan- y me ha ayudado a mantener mi equilibrio personal y emocional a pesar de llevar una vida ajetreada y estresante de ejecutiva en una gran empresa». Un día, esta parisina de origen vietnamita, decidió dejar atrás ese trabajo estable y cómodo para dedicarse a su pasión y darle sentido a su vida. «Fue lanzarme sin estrategia pero con una misión clara, transmitir esta disciplina y difundir el yoga al mayor número de personas posible», explica la autora de Mi diario de yoga y Yoga para mi bienestar.
-Tengo la sensación de que este encierro está enganchando a la gente al Yoga, ¿qué opinas?
-No es una sensación, te confirmo que estoy notando un entusiasmo por el yoga online desde el primer día del confinamiento. Mis seguidores de Instagram (@xuanlanyoga) han crecido mucho, y sobre todo las visualizaciones de los vídeos de mi canal de YouTube. Además, veo que cada día hay miles de personas conectadas a mis clases en directo y recibo muchos mensajes de personas que me preguntan, porque acaban de empezar.
-¿En qué nos puede beneficiar el Yoga en una situación como la que estamos viviendo?
-Es una disciplina accesible a todos que no requiere experiencia previa, ayuda a mover y tonificar el cuerpo para mantenerse en forma en un espacio reducido, contrarresta los efectos de una mala postura corporal por el sedentarismo forzado, incluye la práctica de la meditación para alejarse de los pensamientos que inundan nuestra mente, y de manera general descarga las tensiones por las emociones negativas que genera la situación. Tiene muchos beneficios tanto al nivel físico, mental y emocional.
-A cualquiera le recomendarías practicarlo, pero especialmente a los que puedan sufrir estrés o ansiedad ¿no?
-Acumulamos el estrés en el cuerpo en forma de hormona, de tensiones físicas, de problemas digestivos y a nivel emocional con el mal humor, el miedo, la ansiedad, la irritabilidad o el cansancio. El yoga ayuda en todos estos ámbitos porque no es solo una gimnasia, sino una disciplina espiritual que nos ayuda a reconectar cuerpo, mente y espíritu y a darnos cuenta de que somos uno y que la meditación nos permite dormir mejor, ver las cosas más claras, relajar el sistema digestivo y también estar más presentes en nuestro cuerpo.
-Alguien que esté empezando estos días, ¿cómo debería hacer?
-Casi la mitad de las personas que me siguen en las redes sociales han empezado el yoga durante el confinamiento. Siempre digo que hay que escuchar al cuerpo y practicar la parte física con mucha consciencia, sobre todo si empieza, aceptar que no podemos llegar a todo. Lo más importante es la conexión cuerpo-mente, no la estética de la postura, esto vendrá con la práctica.
-¿Es preferible hacer 20 minutos todos los días o más tiempo un par de días a la semana?
-Durante el confinamiento recomiendo hacer 1 hora de clase entre 2 y 4 veces a la semana. Sé que la mayoría de mis seguidores practican cada día porque me lo comentan, pero dejaría al menos un día de descanso y no recomiendo hacer 2-3 sesiones en un mismo día. No se trata de sudar y sentir el cuerpo cansado, sino de sentir el cuerpo en cada instante durante la práctica y mantener esta atención en el cotidiano.
-El hecho de que la gente practique en casa, ¿puede suponer algún riesgo?
-Siempre hay un riesgo de hacerse daño cuando manejamos el cuerpo sin experiencia, y sin escucharse, tanto en una clase de 30 personas con un profesor que no puede estar atento a todos, como en casa delante del ordenador. Siempre recomiendo acudir a un centro de vez en cuando para recibir consejos y ajustes de un profesor cualificado. Pero la ventaja del yoga en casa es poder ir a tu ritmo, practicar y repetir el mismo vídeo para profundizar algunos aspectos concretos. Las clases en directo en la cuenta de Oysho ofrecen una programación regular que motiva a la gente para tener una rutina de ejercicio físico y citas de yoga. Mi primer libro Mi diario de yoga es una guía de 28 días para aprender paso a paso complementado por vídeos en YouTube, la metodología del profesor es muy importante, que sea presencial o a distancia.
-Tenemos una opinión del Yoga y otra muy diferente una vez que lo probamos. ¿A qué crees que se debe esto?
-El yoga tiene un pasado muy hippie, durante muchos años la gente lo veía como una disciplina espiritual y esotérica. Desde hace unas décadas ha incorporado más aspectos físicos a la meditación y a la filosofía, y las posturas de yoga se han convertido en su escaparate que atrae más al gran público. El estrés y la ansiedad de la vida moderna también han jugado a favor, porque la gente se ha dado cuenta que debe cuidarse por dentro y reconectar cuerpo y mente. Por otro lado, las redes sociales y las celebrities también han mostrado que no era una disciplina para personas mayores o vestidas en blanco meditando, la imagen del yoga ha evolucionado mucho estos diez últimos años en España.
-Muchas veces la gente cree que para hacer Yoga hay que hacer el pino o doblarse como una camiseta. ¿Hay muchos prejuicios?
-Hay muchos prejuicios porque en las fotos de yoga que salen en la prensa o en las redes aparecen personas muy flexibles que hacen posturas avanzadas. Siempre digo que el yoga está recomendado para la gente “tronco” para ganar flexibilidad o recuperar algo de la flexibilidad perdida con el tiempo. Hay muchos prejuicios sobre la flexibilidad, o si es una disciplina para mujeres, pero cada vez menos. Hay clases de yoga en muchos gimnasios, en centros cívicos, en Internet, en los parques, en la televisión, y está recomendada por profesionales de la salud, se ha democratizado mucho.
-De todo lo que propones, lo más complicado parece lo de entrenar la mente. ¿Cómo se consigue?
-Lo más difícil en todo es la constancia y la disciplina, ya sea para correr una maratón o aquietar la mente. En Yoga para mi bienestar explico la importancia de escucharse y auto observarse para definir los ingredientes del propio bienestar. Disfrutar de los beneficios y ver la progresión gracias a la práctica es lo que nos motiva a seguir. Sentir menos estrés, más paz interior, un cuerpo menos tenso o dormir mejor son tantos beneficios, que nos ayudan a despertar por la mañana para sentarnos a meditar o hacer los saludos al sol.
-¿Cuál es la mejor ropa para practicar?
-Lo mejor es que sea cómoda, elástica, transpirable, y mejor si es deportiva. Nos movemos en todos los sentidos, no me siento cómoda con un chándal amplio y una vieja camiseta. Además en el yoga dinámico que practico se suda y la calidad de los tejidos transpirables tiene su importancia. Es importante llevar prendas adaptadas a este tipo de ejercicios. Oysho lleva años apostando por el yoga con un look femenino deportivo, es una de las marcas que mejor entiende el cuerpo de la mujer en movimiento.