Completa y sin niño... Muchas mujeres están cansadas de responder a la pregunta de ¿y el hijo pa' cuándo? Sobre todo las que ya han decidido que no quieren tenerlo. Porque solas se sobran y se bastan para ser felices

Caterina Devesa
Redactora, ahora en la delegación de A Coruña
Marta Vázquez
Patricia García
Colaboradora de La Voz de Galicia y del programa Voces de A Coruña de RadioVoz. Periodista y bloguer de moda, viajes y tendencias. Editora y creadora del blog de tendencias y viajes www.donkeycool.es. Licenciada en Ciencias da Información por la Universidad de Santiago de Compostela y posgrado en Community Manager por la Universidad de Barcelona

Acaba de cumplir 30 años y tiene claro que no quiere ser madre. «Nunca tuve instinto maternal», dice Elba Vázquez Bouza. Esta coruñesa forma parte del 12 % de millennials que, de acuerdo con un estudio de Funcas, ya tiene claro que no va a tener hijos. En su caso, desde pequeña mantuvo la misma posición. «Nunca fui una niña de las que dijera que de mayor quería tener hijos. Me decían mucho lo típico de 'ya cambiarás de opinión', pero no», confiesa.

Una decisión personal que sin embargo todavía forma parte de las conversaciones diarias. «Me he dado cuenta con los años de que la gente te pregunta por eso y me parece surrealista. Es algo que me parece tan personal…Porque tú qué sabes si yo quiero tener hijos, pero a lo mejor no puedo. Entonces no entiendo en qué momento alguien dice lo de: ¿Y los niños para cuándo?». Al igual que Elba, muchas mujeres se ven sometidas a menudo a este tipo de cuestiones. «En mi Instagram he comentado en varias ocasiones mi postura y me han escrito otras chicas diciéndome: 'Me ayuda leerte'. Porque están frustradas porque no quieren ser madres, pero sus padres les dicen: '¿Cómo no me vas a dar nietos?'. O sus parejas: '¿Cómo no vamos a tener un hijo?'».

Presión social

Porque para esta coruñesa que trabaja en una tienda de ropa la presión social es fuerte. «Creo que hay muchísima, pero sobre todo por parte de las mujeres, porque a mí los comentarios que más me llegan son de chicas en plan: 'No sabes lo que estás diciendo, no vas a ser feliz porque una casa sin hijos no tiene felicidad'. Todo se basa en el respeto y se tienen que respetar las opciones de vida de los demás». Parte de esa presión la notó sobre todo durante su última relación. «Llevábamos tres años y era así el rollo. Me decían: 'Bueno y qué, ¿no queréis tener niños?'. Y al decir que no, me daba cuenta de las miradas, que aunque no se atreviesen a decirme nada, me miraban raro. O me comentaban: 'Bueno, eres muy joven. Ya te cambiará la mentalidad'. No se trata de ser joven o no, yo tengo las cosas muy claras y sé que no nací para ser madre», afirma tajante. Porque Elba, como buena escorpio, es una mujer de carácter. «Me gustan los niños, tengo amigas con hijos pequeños y yo los adoro, pero sé que como madre no sería feliz. Creo que cada persona tiene que tener claro lo que le hace feliz en la vida, y yo sé que estaría amargada y me parece peor tener un hijo sin quererlo. Conozco casos de chicas que tenían claro que no y al estar con una pareja que de alguna forma las presionaba con ello, aunque no fuera a propósito, han acabado teniendo hijos y no son felices. En mi caso tengo mucha personalidad y no me dejo llevar».

«La felicidad está en una»

Sin duda, la maternidad es una línea roja para Elba, por lo que si se enamorase de un chico que sí quisiera ser padre sabe que la relación no llegaría a buen puerto. «Tuve suerte porque todas las parejas que tuve tampoco querían tener hijos, porque tengo muy claro que si el día de mañana doy con un chico que sí quiere, a mí no me va a convencer. No me voy a dejar llevar por nadie que me lleve a un situación en la que no sería feliz, simplemente es eso». Algo muy simple, pero que como ella afirma, todavía genera debate en nuestra sociedad. «Estoy soltera, con un principio de pareja. Vivo sola con mi perro y te juro que soy inmensamente feliz, y la gente no lo entiende. No necesito tener hijos ni un hombre a mi lado para ser feliz, eso es lo que me da rabia. Que la gente se piensa que una mujer sola no puede ser feliz, que siempre necesita al lado un niño o un marido, y no puedo estar mas en desacuerdo. La felicidad está en uno mismo». Aunque admite que no le influye en su decisión, Elba apunta a lo difícil que es conciliar. «Si tuviera un hijo, no lo podría compatibilizar. Tendría que reducir mi jornada y por tanto volver a mi puesto anterior. ¿Me compensa después de todos los años que llevo luchando?», reflexiona para continuar: «Ya te digo que aunque tuviera toda las facilidades, aunque me tocara el Euromillón, tampoco sería madre». «Un hijo te cambia la vida y yo no quiero cambiar la mía. Ese es mi principal argumento, soy feliz como estoy y no debería tener que dar explicaciones por no querer ser madre». Elba lo tiene claro.

MIGUEL VILLAR

«Admiro a quienes se animan a tenerlos»

«Pensé que los tendría, pero luego la propia vida te va colocando en otros caminos, y van pasando los años y no los tienes. Y no le das más vueltas», zanja Bárbara Canedo, de 46 años

Ni lo decidió conscientemente ni se planteó no tenerlos, pero las circunstancias de la vida fueron marcando los ritmos y a sus 46 años Bárbara Canedo Gutiérrez tiene claro que ya no le va a dar más vueltas al tema de la maternidad. «Cuando era pequeña sí imaginaba que de mayor tendría hijos, es como si el instinto maternal empezara ahí, pero en mi caso eso luego se fue perdiendo», explica esta viguesa afincada en Ourense, donde desarrolla su carrera profesional desde hace décadas. Y defiende la libertad de decidir, sin ataduras morales ni prejuicios. «Me parece respetable cualquier decisión en el tema de la maternidad, tanto de quienes quieren tener hijos, como de quienes no lo desean porque no entra en sus planes, tienen otras prioridades o, simplemente, no les gustan los niños», advierte, admitiendo que «hoy en día se critica demasiado a la ligera a quienes no quieren tenerlos y eso es injusto, porque cada uno es libre de hacer con su vida lo que quiera».

Sobrinos y ahijados

Deja claro que a ella le gustan los niños, tiene sobrinos y ahijados a los que está muy unida, pero también es consciente de que para estar con ellos se necesita mucha energía. Y bromea: «Siempre digo que me gustan mucho los pequeños, sobre todo los que se van a su casa con sus padres después de un ratito». Durante años Bárbara pasó los veranos de viaje con una oenegé, visitando orfanatos a los que llevaban alimentos, ropa y juguetes. Y le picó el gusanillo de la adopción. «Recuerdo una visita a uno en el sur de la India en el que conocí a Anand, un niño de 4 años que me dejó enamorada. A tan corta edad ya había pasado por muchas penurias. Me pasé un día entero con él y me lo quería traer conmigo, pero claro, no es tan sencillo. Le seguí la pista y me reconfortó saber que lo habían adoptado», recuerda.

«Admiro a las mujeres y hombres que hoy se deciden a traer niños al mundo y a criarlos en esta sociedad cada vez más complicada, desigual e injusta», asegura, lamentando que no haya más ayudas para la conciliación. «Conozco a muchas madres que no llegan a todo, que están desbordadas por el peso que llevan sobre sus hombros», admite, considerando necesario que se invierta en políticas familiares y de coparentalidad efectivas.

MARCOS MÍGUEZ

«Me llamaron egoísta por no querer ser madre»

«No soy antiniños, pero no me provocan esa ternura que despiertan en otras personas», asegura Cristina Ramos, de 42 años, que tiene un perro y un gato

«Es una batalla que no está hecha para mí». Cristina Ramos lo tiene claro: ella no quiere tener hijos. «No soy antiniños, pero no me provocan esa ternura que despiertan en otras personas». Tiene 42 años, un perro y un gato. Y un negocio propio: «Me encanta estar a mi aire. En el trabajo tienes que cumplir, así que al salir me gusta dedicarme tiempo para mí, no tener compromisos. ¡Y qué mayor compromiso hay que un hijo!». La decisión la tomó hace mucho tiempo: «Recuerdo que una amiga tuvo su primer hijo cuando yo tenía 29 años. Fui a verla al hospital y me alegré muchísimo por ella. Pero en ese momento me paré a reflexionar y me pregunté: ¿es realmente eso lo que quiero? Y la respuesta fue clara: no». De su círculo más íntimo de amigas, dos han sido madres y tres han decidido no tenerlos. «Hay que ser muy valiente para dar el paso y saber muy bien a qué te vas a enfrentar. Me parece digno de admirar, pero no está hecho para mí».

«Que te cuiden de mayor»

Cristina reconoce que alguna vez se cruzó con personas que no entendían su decisión: «Me llegaron a decir que era muy egoísta por no querer tener hijos. Pues a mí me parece más egoísta tenerlos y decir que lo haces para que te cuiden después de mayor». Más razones por las que Cristina tiene claro que no quiere ser madre: «El mundo que dejamos, cada vez más contaminado. No quiero contribuir a eso. También pienso en la educación, en todos los problemas con los que tienen que lidiar como padres, como el bullying».

Reconoce que nunca tuvo instinto maternal, que le gusta pasar mucho tiempo consigo misma: «Disfruto mucho de mis horas sola, en casa, dando un paseo con mi perro, pero no siento que necesite nada más en mi vida». Cristina piensa en sus padres y vuelve a argumentar su decisión de no ser madre: «Los veo y me doy cuenta de que siempre están preocupados por mi hermana y por mí. Da igual la edad que tengamos, siempre seremos niños para ellos. Y yo no quiero eso: no quiero llegar a la jubilación y preocuparme porque mi hijo no tiene una estabilidad».