27 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay un concejal del Partido Popular en Barajas de Melo, un pueblo de Cuenca, que ha hecho sus propios comentarios sobre el debate de investidura del martes. Normalmente nada sabríamos de los puntos de vista de un concejal de Barajas de Melo, un pueblo de Cuenca, pero gracias a Twitter Jesús López ha recibido una atención superior a la que prestamos a la ministra portavoz cuando concluye el consejo de Gobierno de España.

López ha comentado una foto de Irene Montero en la que la dirigente de Unidas Podemos aparece con el puño en alto. Quizás se podía esperar de un concejal del Partido Popular de Barajas de Melo, un pueblo de Cuenca, algún tipo de desahogo ideológico por ese gesto que tanto les rechina a las derechas desde que los comunistas alemanes lo improvisaron durante la República de Weimar para contestar al saludo nazi con su mano firme y bien abierta. Nada dice Jesús López del puño de Montero, sino de lo que sucede en otra zona de su anatomía, concretamente en lo que viene siendo la axila. Sostiene Jesús: «Espero que si esta tipa es vicepresidente del Gobierno de España se afeite los pelos del sobaco cuando nos represente». El deseo de López ha corrido como la pólvora entre los análisis de gobernabilidad, e incluso ha desatado una inevitable ola de solidaridad de mujeres súbitamente revestidas de matojos capilares justo en la zona señalada por el concejal del Partido Popular de Barajas de Melo, un pueblo de Cuenca. En el fondo conmueve la ingenuidad del señor que parece concentrar en el sobaco todas sus dudas sobre las capacidades políticas de Montero. ¿Quiere decir que si se afeita quedará garantizada su idoneidad como vicepresidenta del Gobierno? ¿Supone Jesús López que el único problema de la «tipa» es que ha decidido llevar las axilas como le sale del alerón?

López, al que sigue un inconmensurable ejército de 1.869 personas, se confiesa banquero privado, analista financiero, candidato a la alcaldía y concejal del Partido Popular en Barajas de Melo, un pueblo de Cuenca. Puede que con su sandez axilar haya consumido el minuto de gloria que le pronosticó Andy Warhol: ha conseguido una exposición pública difícil de cuantificar y superar. Pero lo interesante de su memez ha sido el catálogo de respuestas que ha recibido, la mayor parte, claro, poniendo el comentario y a su autor en el sitio que exactamente se merece. Destacan, sin embargo, otros dos grupos; el de los que apoyan la moción de Jesús («Es una cuestión de higiene y no de machismo, que los podemierdas confundís todo con machismo», así como lo leen) y el de los que aprovechan la majarada para dar una lección de anatomía: «Los pelos del sobaco no sirven para evacuar el sudor. El sudor no cumple su función, no se evapora sobre la piel, que es cuando refresca. Es precisamente para llevar esa sudor a zonas donde puede evaporarse».

Y todo porque Montero levantó un brazo.