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La industria farmacéutica impulsa el desarrollo de nuevos tratamientos que permiten reducir la mortalidad del cáncer

27 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La investigación es la clave para avanzar y la Asociación Nacional Empresarial de la Industria Farmacéutica, Farmaindustria, lo tiene claro. Por eso el sector invierte a escala mundial más de 132.000 millones en I+ D de nuevos medicamentos. El resultado incide directamente en nuestra salud, ya que gracias a los nuevos avances, los fármacos del futuro ya están aquí y son más precisos, más eficaces y tienen menos efectos secundarios.

La medicina de precisión, o medicina personalizada, es un concepto relativamente reciente que hace referencia a la adaptación del diagnóstico y tratamiento a seguir en función de las características de cada paciente. Bajo esta fórmula se desarrollan terapias de nueva generación para combatir enfermedades como el cáncer. Para ello, las compañías farmacéuticas mantienen en desarrollo más de 6.300 proyectos de investigación, según datos de la asociación americana de la industria farmacéutica Phrma. De ellos, más de 700 están destinados específicamente a combatir enfermedades raras.

El proceso es largo, ya que desde que se inician los ensayos clínicos hasta que un medicamento llega al paciente transcurren una media de 10 y 12 años. Para financiar ese trayecto se requiere un esfuerzo económico de alrededor de 2.400 millones de euros, una inversión no exenta de riesgos porque solo una de cada 10.000 moléculas de las que se empiezan a investigar se convierte en un tratamiento. Sin embargo, merece la pena ya que tres de cada cuatro proyectos de investigación en fase clínica y la mitad de los fármacos aprobados en Europa en el 2018 proceden de estas terapias denominadas first-in-class.

El impulso del Big Data

En la última década, los medicamentos de precisión comercializados han crecido un 50% de media anual y hay cerca de 1.100 en fase de investigación, lo que implica que en los próximos años más de la mitad de los fármacos corresponderán a esta nueva forma de medicina. La precisión en el diagnóstico permite utilizar medicamentos más personalizados para obtener mejores resultados. En el caso del cáncer de pulmón se han identificado hasta 12 mutaciones genéticas lo que ha permitido reducir la mortalidad al aplicar terapias dirigidas. Detrás de esta revolución están las tecnologías de la información y el big data que ofrecen instrumentos muy valiosos para la medicina. Prueba de ello es que el cáncer ha dejado de ser una sentencia de muerte en muchos casos y, por ejemplo, en el de mama, la supervivencia en las mujeres es ya del 81,8 % en Europa a los cinco años de haberse detectado la enfermedad.