Mi abuela y yo vestimos igual

YES

Ángel Manso

Cincuenta años las separan pero nadie lo diría si abrimos su armario. A una abuela con estilo no le gana ni una chica de 19 años, aunque sea su nieta y también lleve de serie «el gen de la elegancia». Cada vez más mujeres demuestran que la moda no entiende de edad

02 jul 2019 . Actualizado a las 14:09 h.

¿Quién inspira a quién? En este caso, la abuela a la nieta. Pero que conste que también podría ser al revés porque, hoy en día, las tendencias de moda dieron un giro para mostrar a mujeres de 70 años con más estilo que algunas de 20. Y chicas de 19 años, como la estudiante de Sociología coruñesa Miriam Herrero, que se enteran de las tendencias ¡por su abuela!

Marisa Pacheco, empresaria jubilada, es una de esas personas siempre elegantes que igual defienden una chupa de cuero que unas ugly sneakers, aunque con ciertos límites. «Me gusta mucho el estilo de mi nieta, pero tengo que ser consciente de la edad que tengo. A lo mejor la veo y le digo: ¡Qué cosa tan mona llevas hoy!, pero si es con los bracitos al aire, para eso no estoy. No se puede. Pero vamos, que me identifico mucho con ella». ¿Y al contrario? Miriam explica que no se pondría todo lo del armario de su abuela, «pero muchas cosas sí. Sobre todo, las chaquetas, los pañuelos...».

Yayi, ¿me lo prestas?

La joven reconoce que la veterana va mucho más a la moda. «Yo paso un montón. De hecho, me echa mucho la bronca. Me dice: ‘Mejor ponte esta chaqueta o estos pantalones’». Afirma Miriam que es su abuela quien la asesora. «Y es ella la que está puesta en redes sociales. Yo no miro tendencias, ella sí. Me gusta ir guapa, pero me entero de lo que se lleva por ella. Le voy al armario y le digo: «Yayi, ¿esto me lo prestas?». ¿Y tus amigas no te dicen que vistes de señora? «Mis amigas no se suelen dar cuenta. Son cosas tan modernas, que me las podría comprar yo perfectamente».

Las abuelas de hoy en día no renuncian a vestirse como les da la gana. Se acabaron las franjas de edad en materia de estilo. Lo sabe bien Pilar Varela, dueña de la tienda Pilar y Carmen de A Coruña, donde asistimos a una sesión de compras conjunta de Marisa y Miriam. En pleno reportaje fotográfico, abuela y nieta se prueban las mismas prendas y se van pidiendo consejo. Nuestras protagonistas tienen la misma talla y unos gustos parecidos.

La cuestión definitiva para saber de quién te fías a la hora de pedir una segunda opinión es la persona a la que le mandas la foto del modelito desde el probador de la tienda. «¡Yo a mi abuela!», responde Miriam, tajante. «Sobre todo, si tengo una comunión o una boda. A mi madre también, pero menos. Bueno, eso no sé si es bueno que lo ponga en el periódico», se sonroja. Entrevistadora y abuela intuimos que aquí hay tomate. ¿La madre de Miriam se cela de la abuela? O sea, ¿hay cierta pelusilla de su propia madre hacia su hija? «Sí, mi madre se cela de la abuela muchísimo», se sincera Miriam. «¿Cómo? ¡Eso no lo sabía yo!», interviene, entre risas nerviosas, la abuela. «Sí, mamá se cela un montón. Me dice: «¡Claro! Es que te quiere más a ti que a mí. Aún me lo dijo ayer». Y le guiña un ojo. A Marisa Pacheco, la abuela moderna, se le pone cara de querer empezar a dedicarle más tiempo y cariño, si cabe, a su hija para reparar de inmediato la situación.

Prenda fetiche

Igual que hay personas que lo primero que hacen cuando entran en una casa de confianza es abrir la nevera para cotillear un poco, las hay que van directas al vestidor. ¿Hay alguna prenda fetiche que siempre le pille la nieta? (Esa que cuando te quieres ir a poner, no la tienes). Contesta la abuela: «¡Las chaquetitas!». Y replica la nieta: «El otro día le cogí una chupa de cuero roja que tiene ella, que es superchula». ¿Y la abuela a la nieta, le toma algo prestado de vez en cuando? ¿O no es tan recíproco? Marisa cree que esto es más de su nieta hacia ella que de ella hacia su nieta. Y Miriam amplía la explicación: «Cada vez que voy a su casa, voy a su armario. También le cojo maquillaje. Y en materia de decoración igual. Yayi, ¿qué opinas de tal cosa?

Porque a mí, más que vestirme, me gusta mucho maquillarme. Fue ella, de hecho, la que me enseñó a hacerme la raya del ojo con el eyeliner».

Cabe señalar que nuestra «abuejoven» es de esas señoras que siempre van perfectas, pero discretamente, maquilladas. «Es que son cosas que hago desde los 13 años, así que alguna experiencia puedo tener en eso. Las técnicas son casi las mismas, así que...», asegura Marisa. Ella es una de esas mujeres que no salen de casa sin ir arreglada y, en este caso, tampoco la nieta. «Con la cara lavada, no salgo casi nunca. En cuanto a la ropa, me descuido un poco más, pero la cara y el pelo creo que tienen que ir siempre bien. Me lo suelo planchar», manifiesta Miriam.

Lo que percibimos entre estas dos mujeres es una conexión especial, que corrobora la de más edad: «Desde que nació, sentí algo así como una simbiosis con ella. Es mi niña. Tengo seis nietos, pero ella es la mayor y fue la primera». La nieta también nota ese lazo especial. «Yo esa simbiosis la siento igual. A veces le digo: ¡Yayi, me voy a dormir a tu casa! Fui durante seis años nieta única, hija única y sobrina única».

¿No hay ningún roce? «Bueno, me pide consejo, pero la última palabra siempre es la de ella. A veces, me da coraje. O sea, ¿me pides consejo pero luego te llevas lo que tú crees? [Y ríe a carcajadas] Para compensarlo, dice la nieta: «Me encantaría tener tu armario de cuando eras joven y el de ahora también».

Las chupas de cuero no son patrimonio de la juventud. Si encima una de ellas es de tu abuela, pregúntate quién de las dos es más cool.