Con este pincho te puede tocar la Bonoloto

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MIGUEL VILLAR

MÁS QUE UNA SUERTE Tomarse un pincho a mediodía es casi un premio, sobre todo si se acierta con los ingredientes. Y en este establecimiento ourensano, este puede ser doble. Es hora de innovar para convencer. A los clientes de Bólar les cayó la lotería, o por lo menos pueden llevarse algo más de un bocado si la suerte les acompaña. ¿Y si toca? Por si acaso, ¡ponme uno!

17 oct 2018 . Actualizado a las 10:10 h.

¿A quién no le apetece un buen pincho a media mañana? Es difícil no caer en la tentación. Y si apaciguar el rugido estomacal puede tener premio, pues mejor. En un local ourensano han unido las dos sensaciones. Tomar un pincho aquí puede tener premio.

Hace algo más de un año que Mauro González se hizo cargo de la cafetería Bólar, en la avenida de Buenos Aires de Ourense. Con experiencia en el sector de la hostelería, desde siempre tuvo claro que las claves para que un establecimiento como el suyo tenga éxito son atender bien a los clientes y tener ideas comerciales que les atraigan. «Al final, todas las cafeterías ofrecemos los mismos productos al mismo precio. Siempre se lo digo a los trabajadores. Es importante que el cliente tenga un trato exquisito, cercano, que al final es la razón principal por la que elige un sitio u otro. Y si eso lo acompañas con alguna iniciativa diferente, pues mejor», dice. Así, hace un mes, y tras darle varias vueltas, puso en marcha una iniciativa que no solo sorprende, sino que tiene premio. Cada pincho va acompañado con una Bonoloto del día. El cliente paga un precio de 1,2 euros por su pincho y, además, se lleva un boleto con dos apuestas. «En Bólar se puede hacer la Bonoloto y demás apuestas, y pensé: ‘Aprovéchalo’», afirma. Pero detrás de esta iniciativa hay algo más. Hace tiempo que Mauro se dio cuenta de que los pinchos de Bólar no se vendían. «Están bien preparados y con los mejores ingredientes, y sin embargo veía que no tenían salida. Me di cuenta de que mucha gente que viene al Bólar es mayor y prefiere tomarse un café con bollería que un pincho salado con un refresco. Como muchos de ellos también sellan aquí la Bonoloto, pues les dimos un aliciente más. Un dos por uno», relata. Y acertó. Además, afirma que el boca a boca ha funcionado por la sorpresa de la iniciativa, al añadir al pincho en la barra la apuesta, y ya hay nuevos clientes que por lo menos una vez a la semana entran, toman un pincho y, de paso, se llevan la suya.

«ELIJO YO LOS NÚMEROS»

Los números de las apuestas, dos por Bonoloto, son los mismos durante toda la semana. El domingo es el día de cambiarlas. Y desde que puso en marcha la iniciativa ya han caído dos premios. Eso sí, menores: cuatro euros las dos veces. «Los números los elijo yo. Cuando llegan el domingo ya hago las nuevas apuestas. Todas las mañana preparamos unos 12 pinchos y ponemos en ellos las apuestas. Si se agotan, vamos haciendo más. Nos dimos cuenta de que algunos nos cogen el primer día, pero van viendo los números toda la semana en la barra. Casi los aprenden de memoria y al final se preguntan: ‘¿Y si toca?’, y acaban comprando», explica entre risas. Al regalar la Bonoloto, al final la ganancia del pincho es mínima, pero eso no le importa a Mauro González. «Sabemos que haciéndolo así no vamos a ganar mucho más por ellos, ese no es el objetivo, pero nos diferenciamos del resto ofreciendo a los clientes algo novedoso», señala.

La suerte hay que buscarla, creyó Mauro: «Llevo muchos años en el sector y creo que hay que ir haciendo cosas nuevas. Al final, a la gente no le das un premio directo pero sí la ilusión de que le pueda tocar». Así es. Resulta difícil no caer en la tentación, por lo menos una vez a la semana. La iniciativa está teniendo tanta repercusión que ya la ha exportado a otro establecimiento que tiene en la ciudad. Mañana toca cambiar la combinación ¿Y si toca?