Se define más gamberra ahora que de pequeña. Acostumbrada a ser un día Lady Gaga y otro Heidi, su filosofía de vida es el humor y por eso lleva la risa, la comedia y la locura como parte del día a día. Le gusta sorprender con algo nuevo, pero dice que Buenafuente intuye cuando ella va a hacer algo que no espera.
27 ago 2016 . Actualizado a las 05:25 h.Un día sin reír es un día perdido, decía Chaplin y, Silvia Abril, actriz y triunfadora en televisión con imitaciones a veces esperpénticas, se lo ha tomado al pie de la letra. El cosquilleo del humor le llevará a un hormiguero televisivo. Eso lo hago yo, Tu sí que sí, Cuerpo de Élite, Mucho ruido y pocas nueces... pero eso sí, el tiempo libre lo disfruta viendo Frozen con Joana, su hija. La pillamos de vacaciones en familia, recargando energías para coger con fuerza todo lo que le espera.
-Se ve que el humor es lo tuyo pero antes habías empezado la carrera de Derecho, ¿qué te motivó a dar el gran paso?
-Pues fue algo muy natural. Yo llevaba mucho tiempo haciendo teatro tanto en la escuela como durante la carrera y, de repente, la balanza se inclinó más hacia ese lado y ahí tomé la decisión. El teatro me llenaba completamente y me hacía tremendamente feliz, así que no había ninguna duda.
-«Vulcania» es tu primer drama, ¿qué pensaste cuando te lo propusieron?
-Cuando recibí el guion fue un reto que se ha convertido en una gran experiencia. Normalmente en nuestra profesión haces drama o comedia, siendo raro que te den la oportunidad de probar en el otro género. Yo he tenido la enorme suerte de poder hacer reír en estos años, pero tenía muchas ganas de enfrentarme a un personaje dramático que además, en este proyecto, tenía otro reto añadido, ya que Ruth, mi personaje, debía transmitir más a través de los silencios que del diálogo. Te puedes imaginar lo que me ha costado interpretar a un personaje prácticamente sin texto? ¡casi muero! Jajaja. Ha sido una experiencia maravillosa de la que he disfrutado mucho y que ha abierto la veda de Silvia Abril y el drama como tándem? Ahí lo dejo.
-«Cuerpo de Élite» se estrena dentro de poco, ¿cuál va a ser tu papel en la película?
- Interpreto a la teniente Gil, miembro del anterior Cuerpo de Élite. No se lo va a poner nada fácil a la nueva formación del cuerpo. El rodaje fue de lo más divertido con ese gran equipo y, además, María León y yo podríamos contaros mil y una locuras que tenemos como recuerdo entre escena y escena. Teníamos a nuestro querido Joaquín (director) loco porque cuando nos juntábamos las dos no podíamos parar de liarla. Espero que el público se divierta tanto como nosotros lo hemos hecho en rodaje.
-En el programa «Late Motiv» compartes plató con tu pareja, Andreu Buenafuente. ¿Es una ventaja para vosotros trabajar codo con codo?
-Es una suerte trabajar con Andreu. Es tremendamente generoso y pone muy fácil que cada uno de los que trabajamos junto a él brillemos. Todos los compañeros que colaboramos en Late Motiv estamos muy contentos con el resultado de esta primera temporada y tenemos muchas ganas de regresar con novedades a la vuelta del verano.
-Conoceréis todas vuestras virtudes, defectos y manías tanto a nivel profesional como personal. ¿Cómo lo lleváis?
-Como te comentaba antes es muy fácil trabajar juntos. Quizá influya también esto que dices de que ya que nos conocemos tanto que sé perfectamente qué significa cualquier gesto de Andreu al igual que él intuye perfectamente cuándo voy a hacer algo que no espera. Es una suerte, y para nuestra hija Joana también es maravilloso vernos juntos en la televisión.
-¡Joana debe de estar en casa cada día deseando poner el programa y veros en la televisión!
-Disfruta viéndonos pero lo tiene absolutamente normalizado. Ya está acostumbrada a ver a su padre presentando y a su madre caracterizada corriendo y dando vueltas por el plató. Recuerdo después del rodaje de Cuerpo de Élite, donde llevo unas prótesis faciales, le enseñé las fotos con la caracterización y ni se inmutó. Está totalmente acostumbrada a que un día puedo ser Heidi y otro día Lady Gaga [risas].
-¿Cuál es el programa que te avergüenza reconocer que te gusta?
-¿Programas? ¿Qué es eso? Cuando tienes una hija de tres años y compaginas trabajo con maternidad los pocos programas que suelen verse en casa suelen ser infantiles. No creas que somos de ver mucha tele en casa ya que aprovechamos para jugar y hacer cosas juntas, así que solemos usar la televisión para ver principalmente cine. Eso sí, una de las películas que más hemos visto ha sido Frozen, a Joana le encanta.
-Tanto humor y risas... ¿en casa te cuesta ponerte seria?
-A qué madre no le cuesta ponerse seria con su hija? A mí me cuesta, he de reconocerlo, pero considero que se puede enseñar todo de manera divertida y a través de juegos, aunque en alguna ocasión haya que tirar de un poco de seriedad.
-En tu infancia seguro que eras muy gamberra, ¿te echaban mucho de clase?
- Creo que soy más gamberra ahora que de pequeña. Siempre comento que para mí el humor es una filosofía de vida y por ello llevo la risa, la comedia y la locura como parte del día a día.
- Además vas a ser jurado junto a Rafa Méndez del programa «Tú sí que sí», ¿no te gustaría participar como concursante?
-Hay que ir alternando. Hace un año y medio grabamos el programa Eso lo hago yo donde participo como jurado y que ha comenzado a emitirse ahora. Tras esto estuve como concursante en Tu cara me suena y ahora vuelvo a Tú sí que sí como jurado. Habrá que ir pensando ya en el siguiente. Ha sido casualidad esta alternancia ya que en medio ha habido cine y serie de television y ahora estoy realmente ilusionada con el regreso al teatro con texto de William Shakespeare Mucho ruido y pocas nueces con Àngel Llàcer al frente de la obra y con David Verdaguer como compañero de viaje. ¡Qué más puedo pedir!
-Muy conocida por tus apariciones en «La que se avecina» como Violeta y por tu manera de convertirla en un personaje al que «se le va la olla», ¿cuál fue el mejor y el peor momento?
-¡Qué difícil! Violeta ha sido genial como personaje, ya que me ha permitido dar rienda suelta a la locura que llevo dentro. Sería difícil quedarme con un solo momento ya que cada escena de Violeta ha sido muy divertida. Recuerdo una escena en la que tenía que fingir que hacía unos macarrones o unos espaguetis con Nocilla... ¡nos reímos tanto rodando aquella escena! El equipo de cámaras y los compañeros no podían seguir por los ataques de risa que nos provocaba. Es una alegría sentir cómo el público sigue queriéndola y recordándola.
-El humor, muchas veces, tiene una utilidad más allá de la risa. Tiene su fondo y su semilla, ¿crees que está infravalorado como forma de arte?
-Creo que en la última época ha habido un «resurgir» del humor y de la comedia. El ejemplo más evidente ha sido el cine donde éxitos de taquilla como El pregón, Ocho apellidos vascos o kiki: el amor se hace han evidenciado que el público busca también divertirse cuando va al cine.
-¿Quién a tu juicio sin ser humorista podría serlo? ¿Y quiénes lo son sin saberlo?
-Hacer reír no es fácil, así que considero que podría serlo todo aquel que sea capaz de sacar una sonrisa a quien tiene en frente y consiga, por un momento, que se olvide de sus preocupaciones a través del humor. Respecto a lo segundo podríamos incluir a aquellos que castigan a la cultura e imponen a nuestra industria el mayor IVA cultural de Europa, aunque la etiqueta de humoristas les quedaría demasiado grande y lo que diría es que tanto ellos como sus argumentos son de risa.
-Estamos en verano y el mes de agosto es un mes para descansar, ¿estarás a tope o podrás darte algún lujo?
-Justo me coges en este momento de vacaciones disfrutando junto a la familia y recuperando energías para el regreso en septiembre. Estrenamos película a final de agosto, pronto comenzaremos con los ensayos de Mucho ruido y pocas nueces, la grabación de Tú sí que sí y un nuevo proyecto de televisión del que aún no puedo avanzar mucho. Se puede decir que a la vuelta estaré a tope así que ahora toca descansar y recargar energías junto a Andreu y Joana. ¡Felices vacaciones a todos!