ESTÁ HECHO DE PAN BAO Un bocado llegado del sudeste asiático que se cocina al vapor. Dicen que la receta no es nada del otro mundo pero la mezcla con el contenido la vuelve explosiva. Acepta carne, pescado y hasta verduras. Pero la mayoría están hechos de lo primero, y es que se lleva muy bien con los cerdos. Normal, es suave, dulce y blandito.
14 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Crudo parece, pero cocido está. Es el pan bao, el bocado asiático que está siendo una de las tendencias gastronómicas del momento. La única diferencia con el pan al que estamos acostumbrados es que no se mete al horno sino que se cocina al vapor. De textura blandita, es muy suave, como si fuera pan de molde, sin corteza y con un sabor muy neutro, de ahí que lo más importante sea el contenido. Acepta cualquier cosa que le metas, tanto carne, como pescado o verduras, aunque un alto porcentaje de estas delicatesen son de lo primero. De hecho, se lleva muy bien con los cerdos.
Cada vez se está dejando ver más en nuestro país adonde llegó procedente del sudeste asiático, concretamente de Taiwán. Allí, en China, es tradición comerlo en Año Nuevo y es uno de los platos fundamentales de la gastronomía popular callejera. Por eso aunque aquí ahora lo tratemos como delicatesen, no hay que olvidar que viene del street food, la comida callejera.
David Chang, el chef coreano- americano, ha tenido mucho que ver en el descubrimiento del pan bao en occidente. En su restaurante neoyorquino Momofuku lo empezó a cocinar relleno de cerdo ibérico y pepino, y pronto se convirtió en uno de los imprescindibles para los foodies, los aficionados de la comida y la bebida.
El bao es solo una de las variantes de esta familia de panes asiáticos. El baozi es otro de ellos. Para entendernos es similar al bollo preñao, solo que sin chorizo en el interior. Lo de que la mayoría de estos panes se rellenen de carne tiene una explicación, y es que aguantan mejor las altas temperaturas a las que se somete la masa al cocinarla al vapor. Porque si nos ponemos cualquiera puede hacer este pan en casa.
Se hace la masa con harina floja con dos fermentaciones cortas, agua, levadura, harina, azúcar, leche, aceite y sal y, utilizando una de las técnicas culinarias más populares de Oriente: la cocina al vapor. Y listo. Lo más importante de todo es comerlo caliente, porque en frío no es nada agradecido. Por eso, aunque puedas preparar los bollitos por adelantado, cuando llegue el momento de llevarlo a la mesa es necesario calentarlo de nuevo. A falta de hornos de vapor, se puede colocar la cocedera de bambú (el recipiente donde se suele servir este bocadillo) sobre una cacerola con agua evitando en todo momento que se moje.
UNA MASA QUE POCO TIENE DE ESPECIAL
Estos sabores llevan toda la vida ahí pero los descubrimos ahora, en parte, por la explosión de la comida asiática. Álvaro Gantes, jefe de cocina de O Lagar da Estrela en A Coruña, fue de los primeros en experimentar con ellos en Galicia. Hace unos años cuando trabajaba en otro local empezó como quien no quiere la cosa a hacer pruebas con bastante éxito. Por eso cuando se embarcó en esta nueva aventura empresarial no dudó en incluirlo en la carta. El bocadillo de churrasco está «causando sensación» en este local. «La verdad que ha sido todo un bombazo, está muy bueno, y es algo a lo que la gente no estaba acostumbrada. Nosotros quisimos coger el pan de otra cultura pero darle un toque más tradicional, por eso lo llenamos de costilla de cerdo ibérico con mayonesa kinchi, una salsa coreana, que se hace con algo similar a nuestra berza pero fermentada», explica.
Hay un sinfín de variedades de esta masa que nada tiene de especial. Cuesta encontrarlo en las panaderías por la dificultad de contar con hornos de vapor pero cada vez es más frecuente en tiendas orientales. No sabemos si será una moda pasajera o se quedará a vivir en las cartas de los restaurantes más trendy, del mismo modo que nos hemos rendido al sushi o a las hamburguesas gourmet. Lo que está claro por ahora es que quien ha probado este pan chino quiere repetir.