Me parto con el posparto

YES

x

CON HUMOR TODO SALE MEJOR ¡Hasta los hijos! Vivimos un bum de historias gráficas sobre la paternidad. La Quiles y Papá 2.0 invitan a reír para no llorar. ¿En ocasiones ves «entuertos»? No te has vuelto «loquio», estás en la onda superfilial

13 feb 2016 . Actualizado a las 15:04 h.

La perfección no tiene hijos, dijo una poeta. Y bien sabe el terapeuta que hay cosas que solo el humor puede curar (aunque con puntos en juego reírse duele más). Si sientes que el posparto te ha partido en dos o en tres o cuatro, recuerda que existe un principio de Arquímedes de la maternidad, y es que todo cuerpo sumergido se viene arriba con una sonrisa y algo de relax. De esta filosofía han nacido historias que son como la vida: La madre que nos parió, editada en diciembre, y Oh my dad, a puntito de salir del horno editorial. 

«Tener hijos es una locura maravillosa -dice Cristina Quiles, autora de La madre que nos parió-, pero yo en la próxima vida me pido no tener hijos». Este humor con toma de tierra denota su condición: multípara. Oséase, mujer que ?ha dado a luz más de una vez?.  

x

«¿DÓNDE ESTÁ MI YO?»

«Yo pensaba que con un niño ya me había pasado de todo -cuenta La Quiles-. ¡Pero nooo, qué va! El segundo hijo es empezar de cero. Porque con el segundo TODO es diferente. El parto diferente, la recuperación diferente, la lactancia diferente... Ellos son diferentes ¡y tú también! A mi segundo hijo, de broma entre amigos, ya le llaman el tiranito. Su padre y yo nos preguntamos ¿pero cómo puede conseguir las cosas llorando, si con el primero teníamos claro que esto no puede ser así?». ¿Tanto nos cambia la experiencia de una primera y una segunda maternidad? «Mucho. ¿Dónde está mi yo? Hace tiempo que se fue... ¡Ahí quedan los restos para hacer algo con ellos en lo que vendrá! -dice-, pero, por otra parte, me estoy convirtiendo en una clase de persona que me gusta mucho. Porque con tus hijos recuperas lo mejor de tu infancia. Me encanta sentarme a coger bichos, levantar piedras, volver a contar cuentos...». 

Para esta madre revolucionada real el humor es una válvula de escape y las redes sociales una manera de compartir y relativizar pequeños dramas. ¿Piensas ¡madre mía, pero qué mala madre soy!, voy a explotar? Vente a La madre que nos parió para hacer piña si es que ya no puedes más. 

Las bragas abullonadas XXXXL, las noches de fiesta «de la leche» o esas «amigas pelagartas» (en realidad tan como nosotras) son material de provecho para esta «madre sin súper poderes » que nunca rellenará el álbum Mi bebé. Donde no alcanza el tiempo, llega el humor. 

x

«MOLA SER PAPÁ»

Desandando días y días y noches en vela se llega al primerizo. No hay otro principio igual, suelen decir ellas. Pero ojo, que «ellos también cuentan»; este es el Leitmotiv de Papá 2.0, nuevo modelo de paternidad bienhumorada tras el que están Diego y Gabriela, que han querido acompañar con sus viñetas a todos los que empiezan a verse en esa otra dimensión: Paternidad. «El padre importa. El padre está ahí. También sufre, lo vive a su manera, quizá diferente. Pero lo que no nosotros decimos es: ser padre mola», explica Diego. «Hay que cambiar ese estigma antiguo de que el padre es el que pone el dinero y el carácter y ya está. De que está de adorno en casa. Los nuevos padres se involucran en la crianza de sus hijos», suma Gabriela.

x

PEQUEÑAS MAXICOSIS

¿En ocasiones ves «entuertos»?, ¿oyes loquios y no sabes dónde?, ¿admites Maxicosi como el increíble Hulk? Si te extrañas,  pues sí, te verás muy tú en Oh my dad, que incluye glosario básico para neopapás. «Nos reímos de situaciones que podrían ser dramáticas -dice Papá 2.0- ¡Pero con humor todo sale mejor!». Hay indicios de vida más allá de lo dramático convencional. ¿Homo sapiens, no? Pues hala a cambiar... prejuicios, dogmas, bodis, culos y lo que haga falta. Más allá de lo elemental, padres y madres podemos relevarnos en casi todo.  Cualquiera puede cambiar un pañal, ¿no? Es muuucho más fácil que un prejuicio y eso que a veces, como dice La Quiles, los pañales son bombas de radiactividad. Ays. Queridos padres, el mundo está ya sobre el cambiador.