Entramos en la casa de «El desconocido»

YES

MARCOS MÍGUEZ

YES LOCALIZA EL CHALÉ DE LA PELI La casa de Luis Tosar y Goya Toledo, donde arranca la cinta, está en Serantes (Oleiros)

31 oct 2015 . Actualizado a las 19:02 h.

Una casa de película. A la cartelera me remito. Con las primeras imágenes de la última producción de Vaca Films llegan las suposiciones. A los que nos cogió de cerca el rodaje sabíamos que la casa no podía estar muy lejos. Los planos aéreos llevan a confusión. La cámara sobrevuela Canide, pero cuando se detiene en casa de Luis Tosar y Goya Toledo estamos en Serantes. La hemos encontrado. Entramos. 

MARCOS MÍGUEZ

 Ni rastro del rodaje. Normal, la película se rodó el verano del 2014 así que ahora incluso hay más imanes en la nevera. Jugamos a las siete diferencias. Tachamos la primera. La lámpara de encima de la mesa no sale en la peli. La quitaron porque les molestaba en el plano. La tele de la cocina no es la misma. No. No tenía para poner un lápiz electrónico así que la cambiaron. La plancha magenta de la encimera no sale. No. Le pusieron un vinilo porque no funcionaba en cámara. En la pizarra había otros dibujos. En las fotografías, que se ven de fondo, han cambiado a unos niños por otros. Y no hay más porque el resto estaba tal cual. Hasta cogieron las tazas del propietario para desayunar Tosar y compañía en la ficción. 

MARCOS MÍGUEZ

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Durante unas horas la tranquilidad que habita en esta casa, diseñada por los arquitectos Nimo-Mezquita, se esfumó. Hasta 50 personas tomaron la planta baja durante las casi 20 horas que duró el rodaje. No es de extrañar que sus habitantes optaran por desaparecer y solo se pasaron para fotografiarse con el reparto. Por no molestar y porque a ver dónde se metían. Tosar utilizó el dormitorio principal de camerino, Goya, el de invitados. El resto de habitaciones fueron tomadas por el personal de atrezo y peluquería.  Los hijos «actores» enseguida localizaron la Play de los hijos «de verdad», que casualmente tienen la misma edad. Hasta el cátering hubo que montarlo en el porche. Eso sí, lo dejaron todo muy recogido. Lo dice el propietario, que también quiere ser desconocido. 

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