Una copa en la última planta

YES

PACO RODRÍGUEZ

LOCALES DE ALTURA La última planta es el lugar ideal para tomarse la primera copa. Os llevamos de ruta por las terrazas más cool. 

08 ago 2015 . Actualizado a las 08:45 h.

Tokio, Melbourne, Nueva York o Londres. Las grandes ciudades han encumbrado sus azoteas al mundo cool. Y Galicia no se queda atrás. No hace falta viajar a Hong Kong y subir en ascensor a velocidad de vértigo hasta el piso 118 para sentir la fuerza de la gravedad con una copa en la mano. Existen locales en los tejados gallegos capaces de transportarte al fiestón de las terrazas de Roma y La gran belleza. Donde sorber mojitos por pajita mientras el viento te despeina el flequillo. YES te lleva de paseo por los bares más altos. Para que te tomes una copa? de altura. 

UN CHILL OUT CON VISTAS

«Es igual que las terrazas que están tan de moda en Madrid, está genial», comentan dos de los clientes que se disponen a disfrutar de una copa en la novena planta del hotel Plaza, en A Coruña. Con vistas a las cúpulas de los edificios de Fernández Latorre, sus 120 metros cuadrados al aire libre funcionan como terraza desde abril. «La verdad es que no fue algo planeado; hicimos una reforma en el hotel y estuvimos pensando casi hasta el último momento qué hacer con el techo. Se pensaron varias opciones y al final decidimos aprovechar este espacio para que los clientes y la gente de fuera pudiese tomar algo en la última planta», cuenta José Miguel Alarcón, el director comercial del hotel. Con música chill out y protegida por una barrera de cristal transparente, a este espacio de moda se accede en ascensor, a través de la recepción del hotel. Abrigada del nordés gallego, allí se junta público de todas las edades. «Gusta porque es algo distinto a lo que estamos acostumbrados», cuenta el responsable de este establecimiento. Funciona desde las cinco de la tarde hasta las doce de la noche. En lo más alto del hotel Plaza caben unas 50 personas. Es el lugar perfecto para despedir el día. Y, por qué no, para hacerse un par de selfies sobre los tejados de A Coruña.

«En Madrid o en Sevilla hay muchas y tienen mucho éxito; aquí tenemos el problema del tiempo», reconoce José Miguel, que espera que el chill out coruñés esté abierto durante, como mínimo, todo agosto y septiembre. «Después, si hace bueno, es probable que siga funcionando; hay que aprovechar mientras no lleguen las borrascas. En Galicia no podemos desperdiciar un día de sol», se ríe.

Oscar Vázquez

PISCINA Y COPAS

«¿A qué planta va? A la octava». Ahí es donde se encuentra otro de los bares más altos de Galicia. Se esconde en la azotea del hotel boutique Gran Nagari, en el 21 de la plaza de Compostela, en Vigo. «Resulta diferente, en parte, por las vistas; aquí puedes tomarte algo mirando hacia la ría de Vigo y sobre la zona del Arenal», cuenta la subdirectora del hotel, Belén Planes. Es un rincón con sorpresa. De día funciona como spa. Por la noche, se recoge parte del mobiliario para dejar sitio para bailar. Se enciende la música, se bajan las luces, se decora con velas la piscina y el espacio de relajación se transforma en un bar de copas zen. 

«No nos lleva mucho tiempo prepararla; la barra es fija y solo tenemos que mover unas cuantas tumbonas; algunas las dejamos para que los que suban puedan estar más cómodos». Entre el público, muchos gallegos, clientes del hotel o visitantes portugueses. Como en Tokio, donde los bares están en lo alto de los edificios, para subir a esta terraza hay que apretar el botón del ascensor. 

«La terraza está abierta a todo el público, pero todavía hay gente a la que le da reparo entrar porque está dentro del hotel y hay que subir en ascensor. Piensan que solo es para los clientes, y no es así». Funciona todo el año, las noches de los viernes y los sábados. En verano, salvo los días de borrasca, se abre la cúpula telescópica. «Al final se crea un espacio más exclusivo. Tenemos una carta propia de cócteles, buena música con buen sonido, pero con mucho cuidado de no molestar a los clientes que se alojan en el hotel». Lo mejor: las puestas de sol. «En pleno verano, cuando empieza a ponerse el día, a las diez de la noche, es uno de los momentos más bonitos». El bar de copas se cierra a veces para fiestas privadas. «Este tipo de terrazas en lo alto de los edificios suponen una experiencia para los que las disfrutan. Entrar en un hotel en tu propia ciudad, coger un ascensor para llegar hasta el bar?», cuenta Belén. Apetecible, ¿verdad?

PACO RODRÍGUEZ

HABITACIÓN SECRETA

 Existen otras terrazas «secretas» en Galicia. Algunas están preparándose para dar una sorpresa en las próximas semanas. Otras, como The Secret Room, llevan años elevándonos al cielo. Esta última se ubica en la octava planta del hotel Hesperia de Juan Flórez, en A Coruña. «Era la suite del hotel. Tenía una terraza tan grande que se nos ocurrió convertirla en un bar de copas», recuerda Rafael Benito, el director del hotel. ¿Y por qué una habitación clandestina? «Lo de habitación secreta fue un juego que quisimos hacer al principio inspirándonos en los bares de los años 30; cuando la abrimos para poder entrar había que darse de alta, en este caso a través de una página web. A cambio a la persona la entregábamos un carné, como si se tratase de un club, que no era más que la tarjeta de la habitación». Funcionó así durante un año. Hasta hace poco era el bar más alto de A Coruña, donde la gente se juntaba para tomar copas los fines de semana con vistas a los tejados del Ensanche y al puerto. 

«Si no está muy cubierto se ve el mar», apunta el responsable del local. Son precisamente las vistas lo que más llama la atención. «También sorprende el hecho de que el bar esté dentro de una habitación, la sensación es de que estamos siendo malos», bromea. En este local de la octava planta se bebe la primera copa. Ahora está inmerso en un proceso de reforma. «Estamos organizando fiestas privadas, cumpleaños, prebodas? Hasta bautizos. Pero queremos hacer una reforma para mejorar el local, para que la gente venga aquí a tomarse una copa tranquila y a disfrutar de las vistas». El objetivo, seguir el ejemplo de las terrazas más altas y exclusivas del mundo.