La extensión máxima de las olas de frío hasta finales de siglo va a descender de forma mucho más acentuada que la extensión media, con descensos que oscilan entre el 2,4 % y el 5,5 % por década
24 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.En un contexto de calentamiento global parece lógico pensar que las olas de frío en un lugar situado en las latitudes templadas como la Península serán cada vez menos frecuentes e intensas. Un estudio realizado por científicos de las universidades de Santiago y de Vigo acaba de confirmar que, efectivamente, los episodios de bajas temperaturas serán menos frecuentes y duraderos durante las próximas décadas.
Ojo, esto no significa que las olas de frío puedan seguir siendo intensas o incluso muy intensas. El temporal Filomena ya demostró en enero del 2021 cómo la nieve puede colapsar todo un país. Y es que si la corriente en chorro empieza a circular con meandros de forma recurrente, en otoño e invierno ayudará a canalizar aires muy gélidos de origen polar hacia la Península cuando se den las condiciones.
La investigación que firman los investigadores Alejandro Díaz-Poso y Alberto Martí, de la USC, y Dominic Royé y Nieves Lorenzo, de la UVigo, publicado en la revista Atmospheric Research, presenta un proyección sobre las olas de frío para el período 2021-2050.
«Este estudo foi motivado pola inexistencia de estudos específicos da intensidade e extensión espacial das vagas de frío futuras no ámbito da Península e Baleares», explican los autores.
El trabajo constata que la extensión máxima de las olas de frío hasta finales de siglo va a descender de forma mucho más acentuada que la extensión media, con descensos que oscilan entre el 2,4 % y el 5,5 % por década.
En cuanto al número medio de días ola de frío al año, se van a reducir aproximadamente un 50 % en comparación con el período 1971-2000 (de 20,7 a 10 días). En ese sentido, las tendencias para el 2021-2050 muestran una disminución de entre 1,2 días por década y 2,4 días menos por década para los escenarios más pesimistas. Al mismo tiempo, la duración media de los eventos para el conjunto de la Península también disminuye, aunque en menor medida, de 6 días a aproximadamente 5.
«É importante destacar que, aínda que as diminucións, especialmente significativas en termos de frecuencia e extensión espacial, suxiran unha diminución da exposición humana, no futuro próximo as vagas de frío poden seguir sendo unha ameaza local grave, xa que a poboación, cada vez máis envellecida e aclimatada a unhas temperaturas máis altas, pode resultar moi vulnerable a episodios de frío intenso», explican.