El hombre que construye un edificio

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

alejandro martinez molina

Agustín Bolaño levanta un inmueble para cuatro viviendas en el mismo sitio de Vigo en el que su padre le descubrió el valor del trabajo cuando era niño

02 jul 2023 . Actualizado a las 22:07 h.

Construir un edificio es una tarea compleja y, si solo lo hace una persona, toda una proeza. Un vigués lleva en esta empresa desde el 2015. Agustín Bolaño acude varias veces a la semana a trabajar en el reto de su vida. Algún día completará el inmueble que ha levantado en la Travesía do Forno, en el barrio de Ribadavia. No es casualidad que esté ahí. Parte del solar lo ocupaba la casa que compró su padre con sus ahorros tras años de trabajo emigrado en Alemania. Plácido Bolaño, que falleció hace cinco años, tuvo que recorrer medio país en busca de los herederos para que le firmaran la compraventa. Era una vivienda de planta baja y un patio detrás construida entre los años 30 y 40 del siglo pasado. Todavía quedan muchas casas de aquella época en este barrio del centro de Vigo que se encuentra a las puertas de una gran transformación urbana. Algunas siguen habitadas, otras están derruidas por décadas de abandono. También las hay tapiadas para que no entren los okupas porque pertenecen a una promotora inmobiliaria.

Agustín recuerda con emoción que, cuando era niño, ya acudía allí para ayudar a su padre haciendo trabajos, como preparar tejas, clavar o limpiar. Su progenitor le descubrió el valor del trabajo en este lugar. «Con él aprendí a hacer un poco de todo. Aquí nacieron mis inquietudes para saber cómo se hacen las cosas», afirma. Y en este mismo sitio, a sus 61 años, trabaja con paciencia y constancia como le enseñó su padre con la vista puesta en culminar un edificio residencial de bajo y dos plantas que contará con cuatro pisos. Tuvo que comprar y derribar una vivienda que había al lado para unificar las dos parcelas y hacer viable el proyecto. Dos pisos serán para él y otros dos para su hermano, con quien comparte la propiedad.

Una constructora levantó la estructura de hormigón hace ocho años. El presupuesto no le dio para más y, al perder liquidez, decidió embarcarse en la aventura de completar la construcción poco a poco con el paso de los años. «Podía irme de cañas, pero prefiero estar aquí trabajando», comenta Agustín, que se formó como electricista y es encargado en una empresa de telecomunicaciones.

En estos momentos el proyecto está ejecutado en un 50 %, aproximadamente. Las divisiones están realizadas en el segundo piso y en el ático. Falta por terminar de dividir el primero, «pero primero queríamos hacer la fachada , pero llevamos año y medio esperando por la piedra», dice. Agradece también la colocación del ascensor, que le permite poder ir transportando los materiales a medida que va avanzando en la obra. 

Placas solares

Actualmente está enfrascado en la apertura de un agujero para pasar unos cables. Recientemente, ha colocado placas solares en la azotea, desde la que se divisan unas impresionantes vistas de Vigo que abarcan las islas Cíes, Tirán en Moaña o el puente de Rande. Con la nueva instalación también deberá cambiar la acometida eléctrica. «La antigua no vale y estamos en ese proceso. Aquí hay que soltar pasta para todos los lados. En este caso para que te atiendan, para que vengan a ver lo que quieres hacer», se queja. «El que se mete en un tinglado como este no sabe las vueltas que te hacen dar las administraciones, que piden un montón de requisitos», afirma. El Concello le tiene retenido 7.000 euros desde el 2014 por posibles daños que pudiera ocasionar en la vía pública.

Es cuestión de paciencia y venir con frecuencia para ir haciendo poco a poco. Agustín es consciente de que todavía le quedan muchas complicaciones que superar y dinero que invertir en la construcción del edificio en una zona de la ciudad que tiene mucho potencial.