La merienda más solidaria de Vigo

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

A las 5, oenegé que reparte comida a 110 personas sin recursos, busca voluntarios

31 ago 2022 . Actualizado a las 01:43 h.

No hay un día de descanso cuando se trata de ayudar a las personas sin recursos. La ONG A las 5 está a punto de cumplir diez años de vida fiel a su cita diaria para que nadie que no se pueda costear su alimentación se acueste con el estómago vacío. Porque hay sueldos y ayudas sociales que no se pueden estirar como un chicle y a muchas familias ya no les queda nada después de pagar el alquiler o las facturas de la luz. «O como, o pago el alquiler», es una frase que se repite mucho entre las personas que sobreviven con ingresos precarios. Por eso la labor de organizaciones como A las 5 cobran una gran importancia en la ciudad.

Los voluntarios de esta ONG registrada en la Xunta como entidad sin ánimo de lucro se encargan de la merienda cena que entregan a alrededor de 110 vigueses cada día. Antes de la pandemia, tenían abierto el comedor social en el número 10 de la calle Taboada Leal. Muchos beneficiarios acudían allí para tomar ese almuerzo vespertino y acallar el hambre. Otros, en cambio, preferían llevarse los menús para sus casas para poderlos compartir con sus familias.

La alerta sanitaria por el Covid les obligó a cerrar este comedor y, a partir de entonces, toda la comida que entregan en el local es para llevar. Su horario de apertura es de seis a ocho y media de la tarde. Las bolsas siempre están surtidas de bocadillos y de otros productos como fruta o yogures, en función de las existencias que tengan en ese momento. En Navidad y Nochevieja preparan menús especiales. Reciben ayuda de entidades como el Banco de Alimentos, Coren o Eroski. Las cuotas que aportan los socios sirven para comprar productos frescos o pereceros como yogures o embutidos, así como para pagar el alquiler del local que les cedieron gratuitamente durante los dos primeros años de vida de la organización. No reciben subvenciones.

Paqui Domínguez, coordinadora, explica que, una vez superada la alarma sanitaria, ya están pensando en reabrir el comedor en un horizonte cercano, pero para eso necesitan aumentar el número de voluntarios, que es su bien más preciado. Les hacen falta manos para seguir haciendo los bocadillos y embolsando los alimentos que se llevan los beneficiarios, así como otras tareas administrativas como hacer un recuento de la ayuda que están proporcionando o la limpieza en el local. «Necesitamos gente que colabore con nosotros. La gente es lo más importante que tenemos», afirma Paqui. Toda la comida que les llega se reparte entre las personas más necesitadas. La coordinadora afirma que trabajan con una lista elaborada por trabajadores sociales. 

Listado

«La gente viene derivada por Cáritas, Cruz Roja o el Concello. Tenemos un listado con los nombres de todos que se va actualizando cada 15 días y, al que viene, le damos», señala. Hasta hace poco tiempo, no acostumbraban a acudir todos los apuntados, pero, a raíz del incremento del precio de los alquileres, la cesta de la compra, la luz y el gas, si observan que llega más gente que está apuntada a por las bolsas de comida.

La labor que llevan a cabo no sería posible si no fuera por todas las personas que están detrás apoyando la iniciativa y dotándola de recursos para que no se pare. «Tenemos profesores, administrativos, jubilados, personas de la judicatura o funcionarios», señala la coordinadora. El trabajo lo hacen por grupos que se van rotando todos los días.