Javier Guerra, cuarenta años peleando en el centro derecha

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

El senador Javier Guerra está en el ojo del huracán al conocerse que afilió a 19 personas con cargo a su cuenta bancaria en la antesala del congreso del PP de Vigo

02 dic 2021 . Actualizado a las 16:17 h.

El senador y empresario Javier Guerra (Vigo, 1964) está en el ojo del huracán tras revelarse que afilió a 19 personas con cargo a su cuenta bancaria en vísperas del congreso del PP de Vigo, que aspira a presidir. Está dispuesto a hacer honor a su apellido y dar la batalla en una formación en la que milita desde hace casi 40 años y que no ha dejado de caer en los últimos años ante el rodillo apisonador de Abel Caballero.

A Guerra no le hace falta la política para vivir. Es economista y máster en Administración de Empresas y ha gestionado bien su patrimonio. Dio en su día el gran pelotazo con la firma textil El Niño, que puso de moda en toda España tras haberse hecho cargo de la franquicia al comprar el diseño que idearon dos surferos en Tarifa. Hoy en día se multiplica entre Vigo, Portugal y Madrid. Tiene con su familia tres sociedades que están valoradas en más de 14 millones de euros. Dos de ellas se dedican a la distribución textil y otra al alquiler y compra de inmuebles. El senador posee una casa en Vigo y una decena de propiedades compartidas en Portugal. Le gustan los buenos coches y es propietario de un Aston Martin, un BMW M 4 Cabriolet, un Mercedes y un BMW X6. Así figura en su declaración de bienes al Senado. En este contexto, no resulta raro que haya podido pagar la cuenta de afiliación de «familiares y allegados», a los que la dirección del partido ha dado de baja por considerarlo irregular en pleno proceso electoral interno. Para el senador, la revelación hecha por el comité de organización del congreso del PP local es una muestra de parcialidad a favor de la candidatura de Marta Fernández-Tapias, delegada de la Xunta.

Tras militar primero en Alianza Popular y luego en el PP, Javier Guerra se convirtió en concejal de Economía del Ayuntamiento de Vigo de la mano de Corina Porro. Después dio el salto a la política autonómica como conselleiro de Industria, donde le tocó lidiar con la delicada situación del sector naval. Fue el único miembro del Gobierno del que prescindió Alberto Núñez Feijoo tras revalidar su mayoría absoluta en el 2012, quizás por anteponer su vida empresarial y familiar a las tareas políticas.

Después de aquel episodio, que supuso un distanciamiento de la dirección del partido, tuvo un flirteo con Ciudadanos. Eran días de vino y rosas para la formación de Albert Rivera e Inés Arrimadas, que lo tentó. Pero no llegó a un acuerdo con los naranjas, o no vio claro el cambio, y se mantuvo en las filas populares. Fue recompensado con un puesto en el Senado.

Con el pedigrí de vigués de toda la vida, de la parroquia de Coruxo, aunque tenga familia en Portugal, ha recabado el apoyo de muchos militantes que le acompañaron cuando comenzó en Nuevas Generaciones. Corina Porro lo nombró vicepresidente de la gestora que dirige el partido desde el batacazo electoral y que finalizará su recorrido el 18 de diciembre, día en que se celebrará el congreso local del PP.

Será el segundo intento para convertirse en líder del partido en Vigo, tras fracasar en la disputa que mantuvo hace cinco años con Elena Muñoz, que ahora es una de sus principales aliadas. Son ya cuarenta años guerreando en el centroderecha, con heridas por el camino.