Una marea verde reforestará los montes

l.c. llera. E.V. Pita VIGO / LA VOZ

PONTEAREAS

M.MORALEJO

La bióloga Ana Vázquez hizo un llamamiento y obtuvo una respuesta de 4.000 voluntarios

21 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de 4.000 personas de Vigo y su área, entre ellos un ramillete de técnicos forestales, están dispuestas a trabajar voluntariamente en la reforestación de los montes quemados.

La bióloga y educadora ambiental Ana Vázquez hizo un llamamiento a través de las redes sociales y recibió una respuesta masiva que no se esperaba. «Yo confiaba en que se apuntaran treinta o cuarenta personas pero he tenido una avalancha de peticiones», señala esta joven de Cabral que está al frente de la organización Alecrín, dedicada a difundir los valores naturales y a preservarlos.

Vázquez estuvo recorriendo ayer los montes quemados en al zona de Pazos de Borbén para ver los daños causados y la manera de actuar. La escena que encontró fue dantesca y en su paseo encontró serpientes, caracoles y otros animales abrasados.

«Las primeras actuaciones que hay que llevar a cabo -explica- son las que evitan la erosión de la tierra, para lo que hay que proteger el suelo, integrar las raíces y cubrir el terreno de paja para evitar arrastres de humus». También van a colocar empalizadas en los cauces para protegerlos de las cenizas. «Vamos a llevar a cabo rutas guiadas a los sitios quemados con actividades in situ» señala. La joven ha expuesto su plan de actuación al conjunto de comunidades de montes que ayer se reunieron en Xinzo (Ponteareas). Previamente ya mantuvo reuniones con los comuneros de Pazos, los de Fornelos, Redondela y con dos comunidades de Ponteareas.

Vázquez señala que hay mucha gente con muy buena voluntad pero no se puede actuar en el monte sin tener una mínima formación. «No se puede pisar la zona quemada porque se apelmaza e impide que pueden florecer las semillas». Una forma adecuada de diseminarlas bien es, según explica esta bióloga, envolviéndolas en arcilla y lanzando esas pelotas de barro con un tirachinas.

Los miembros de Alecrín han comprado rollos de alpaca y kilos de semillas para esparcirlas por la Serra do Galleiro que abarca desde Pazos a Mos, Porriño y Ponteareas. El primer paso es sembrar plantas forrajera para sujetar el suelo y para que el ganado pueda comer. Más adelante se plantarán árboles. El vivero de Tomiño Veraleza dona mil ejemplares.

El Concello tenderá 17 toneladas de paja en montes quemados para frenar la erosión

El Concello ha iniciado una «primera acción de choque», como la definió ayer Abel Caballero, para hacer que la erosión de los montes quemados sea la menor posible. Para ello, el Ayuntamiento ha comprado 17 toneladas de paja que ya ha empezado a distribuir sobre los suelos calcinados. Los operarios municipales se encargan de tender vegetales secos, sobre todo dicha paja, para aglomerar el suelo y hacerlo más resistente.

Caballero, durante su visita a la comisaría para felicitar a la plantilla por su desinteresada intervención en los fuegos, apostó por la prudencia y sostuvo que, ahora mismo, esa es la acción más urgente que hay que realizar. Pide paciencia a los voluntarios que quieren ayudar a repoblar los montes dañados por los incendios forestales. Les recomienda que se anoten en las listas de colaboradores en las correspondientes páginas web y, en el momento oportuno, los convocarán.

Evitar subir a los bosques

«En este momento, subir al monte es perjudicar el monte», advirtió Caballero a los voluntarios que desean ayudar. Insistió en que «nuestro llamamiento es que no se suba al monte porque ahora es muy vulnerable». Recalca que ahora mismo el suelo calcinado hay cenizas y riesgos de que alguna persona caiga en los agujeros.

El alcalde recalca que los voluntarios deben estar preparados y esperar a que sean citados. «Ya iremos todos juntos, ya replantaremos y ya haremos cosas. De momento, vamos a ser solidarios con el monte porque lo queremos mucho», dijo el regidor.

Este se basa en los consejos que le han dado las mancomunidades de montes y las organizaciones ecologistas para que los voluntarios no suban al monte: «Ahora es más el daño que pueden causar que el beneficio».