Convocan una marcha para denunciar el impago de salarios en Maderas Iglesias

s. a. VIGO / LA VOZ

O PORRIÑO

M.MORALEJO

El comité asegura que la empresa no deja de perder clientes

28 sep 2017 . Actualizado a las 13:57 h.

El comité de Maderas Iglesias anunció ayer el inicio de movilizaciones para denunciar la crítica situación económica por la que atraviesa la empresa que, entre otras cosas, está provocando continuos retrasos en el abono de salarios. En este momento, afirmó el presidente, Vicente Molares, que se les adeudan tres nóminas. Empezarán realizando una marcha el sábado entre las dependencias de la fábrica en Pontellas y el Concello de O Porriño. Si no consiguen la respuesta que esperan, no descartan convocar una huelga. No sería la primera, ya que en el 2015 protagonizaron varias jornadas de paro. Entonces también denunciaban impagos.

En una rueda de prensa en la que participaron responsables de los tres sindicatos con representación en la empresa (CIG, CC. OO. y UGT), explicaron que el principal problema no es tanto la cantidad que les deben -«os soldos son moi baixos e estamos a falar duns 1.800 euros por traballador», aseguran-, sino de que nadie les garantiza la continuidad de la compañía, que lleva años arrastrando problemas y que es incapaz de captar clientes.

En el 2013 superó un concurso de acreedores. Pese a que entonces consiguió una importante condonación de la deuda, parece que no puede hacer frente a los plazos que pactó con los acreedores, según los sindicatos.

Maderas Iglesias fue hasta el inicio de la crisis el primer fabricante de España de madera flotante y la tercera de Europa. Llegó a tener una plantilla de 800 empleados, de los que hoy apenas quedan 250. «Non se entende que unha empresa que tivo sedes nos Estados Unidos, Brasil ou Polonia, estea agora a decaer desta maneira», dicen.

Aseguran que a los clientes que perdieron por la crisis, como tantas otras firmas vinculadas a la construcción, se suman los que han perdido desde el 2015 por bajar la calidad de los productos. De hecho, denuncian que «a maioría dos traballadores foron marchando porque non aguantaban a situación de deterioro continuado das condicións laborais e salariais».

Desde el 2011 la plantilla ha pasado por siete expedientes de regulación, lo que hace que muchos trabajadores hayan consumido más de 400 días de prestación por desempleo.