Lecciones por carta desde Mos

Monica Torres
mónica torres TUI / LA VOZ

MOS

cedida

Un grupo de 43 escolares se cartea con otros tantos «abuelos asociados», usuarios de Afaga

23 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La emoción de escribir o recibir una carta personal no depende de la edad y cuando hacerlo despierta la ilusión y el interés del remitente o del receptor, tanto el mensaje como la relación que se forja va más allá del contenido. Siempre se aprende algo y ese es el espíritu con el que Afaga (la asociación de familiares de enfermos de Alzhéimer y otras demencias de Galicia), ha puesto en marcha el programa Atinando Recordos. Las primeras en cartearse fueron Diana Rodríguez y Joana Pereiro. Trabajadora social una y profesora de sexto de primaria del CEIP Atín-Cela, la segunda, convergieron en la idea de que, en tiempos de confinamiento, las cartas eran el mejor salvoconducto contra el aislamiento que, tanto niños como mayores debían combatir.

Las dos coordinadoras del proyecto se muestran encantadas y, a juzgar por la celeridad con la que 43 niños han escrito y descrito las primeras cartas a sus «abuelos asociados», que así se llaman al grupo de otros tantos usuarios de Agafa de entre 68 y 92 años de Tui, Mos y Vigo con los que se cartean, el proyecto tiene mucho recorrido.

«Viendo el gran deterioro que afectaba a usuarios del servicio de estimulación cognitiva, suspendido por la crisis desde el 15 de marzo, decidimos crear el sistema de estimulación a domicilio. Implica mucho más gasto, tiempo y dedicación, pero es fundamental», advierte Diana Rodríguez. Joana Pereiro les explicó a sus alumnos la idea y, en el mismo día, ya recibió las primeras.

«Todos aprenden de todos. Los mayores hablan hasta del Fornite porque, aunque solo sea cuando se lo lean, preguntan qué son las cosas de las que les hablan los niños y los escolares de quinto y sexto están igualmente sorprendidos con las historias que ellos les explican», señalan las coordinadoras. El apego, la empatía o el respeto en sí por los tiempos, tanto los de la edad como los de las idas y venidas de correos tan distintos a los conductos habituales de mensajería inmediata, son valores que multiplican este aprendizaje mutuo.