Las cuatro estaciones que el tren del Miño ignora

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente SALVATERRA / LA VOZ

CRECENTE

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Salvaterra, As Neves, Arbo y Crecente se quedan casi sin comunicación

02 mar 2022 . Actualizado a las 11:33 h.

La pandemia, además del covid, ha supuesto para los vecinos de la ribera del Miño una reducción considerable del transporte ferroviario. Con motivo de la excepcional situación sanitaria, Renfe redujo a la mitad los servicios y no se han vuelto a reponer. Desde entonces las comarcas de A Paradanta y O Condado han quedado prácticamente incomunicadas y los vecinos de Crecente, Arbo, As Neves y Salvaterra se tienen que resignar prácticamente a ver las vías del tren. Los edificios en los que en otra época se expedían los billetes ahora son locales fantasma abandonados a su suerte, con pintadas y rodeados de maleza, igual que las vías inutilizadas. Ni el ADIF, encargado de las infraestructuras, ni Renfe, responsable de la circulación, parecen estar por la labor de mejorar la situación. Los propios vecinos aseguran desconocer los horarios de los trenes, porque «ni se actualizan, ni nos interesan».

En la actualidad la línea del Miño cuenta con solo cuatro trenes regionales, dos de ida y dos de vuelta. Uno hace el trayecto Vigo-Barcelona y viceversa y no para en ninguna de esas estaciones, y el otro, el único que se detiene en todos los concellos, en algunos casos como en Pousa (Crecente) y Sela (Arbo) lo hace a demanda. Es la llamada parada facultativa, que solo se materializa si hay pasajeros.

No solo los trenes son escasos, sino que los existentes sirven de muy poco a los vecinos de esas comarcas. Si se desplazan a Vigo en el que llega sobre las 12.30 horas tienen que regresar en otro que parte minutos antes de las 14.00 o quedarse hasta el día siguiente en la ciudad. La consecuencia es que apenas es utilizado por ineficaz.

«ADIF no tiene ninguna estación abierta entre Redondela y Ourense, permanece todo cerrado. Antes, aún estaba la de Guillarei, pero ahora el personal ha sido sustituido por una máquina para obtener los billetes, que solo funciona con tarjeta de crédito, igual que sucede en Redondela, donde solo permanece abierto el gabinete de circulación. Esto es un problema para la gente que no tiene tarjeta o no sabe manejarla», comenta el portavoz de CGT, Juan Francisco Sánchez.

En su día el ADIF tenía un acuerdo con Renfe para venderle billetes y evitar que esta tuviera que destinar a otra persona más en algunas estaciones, pero el acuerdo se rompió en el 2017 y ADIF se negó a vender más tiques.

El hecho de que entre Vigo y Ourense no haya atención al viajero, provoca que los días que no hay interventor, los usuarios que no disponen de máquinas en sus estaciones no abonen el viaje.

«Esta línea del Miño está completamente abandonada y se tenía que potenciar, máxime en este momento, para permitir enlazar con la alta velocidad en Ourense», añade Sánchez. Explica que las vías tienen que mantenerse en perfecto estado, aunque no estén operativas por si en un momento dado son necesarias.

Aunque los alcaldes de esta zona miñota se han quejado en reiteradas ocasiones por activa y por pasiva y han solicitado buenos servicios de cercanías, creen que ahora aún tienen más motivos para expresar sus demandas.

En el caso de Salvaterra, su alcaldesa, Marta Valcárcel, destaca la gran importancia que tiene el transporte colectivo para reducir la contaminación, algo que en la actualidad demandan desde las diferentes administraciones.

«Los servicios deben ser realmente efectivos y de calidad con cercanías que den respuesta a la demanda, conexiones a la alta velocidad en Ourense y líneas regulares a Vigo. Lo que tenemos no es nada, no se puede llamar servicio. También sería conveniente que se coordine con el transporte interurbano», dice Valcárcel.

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En el mismo sentido se pronuncia Horacio Gil, alcalde de Arbo. «Ahora, con el AVE, entendemos que todavía es más prioritario la mejora del eje Vigo-Ourense para todos los sectores, universitario, laboral...»

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Para Julio César García-Luengo, alcalde de Crecente, «tal como está el servicio en la actualidad no tiene ningún sentido, la gente se traslada en bus, taxi o en coche particular, con el gasto que supone». Destaca la mala comunicación con Vigo para acudir a los hospitales o a resolver temas administrativos y la falta de conexiones con el AVE.