«Estamos al 20 %. Quizás durante la semana mejore algo, pero por eliminación porque solo estamos dos restaurantes abiertos, pero solo intentamos minimizar las pérdidas», insiste Villamarín advirtiendo que «la hostelería de Baiona se asfixia sin el resto del Val Miñor y Vigo». Grandes negocios, por volumen y capacidad, (como La Boquería, el Pazo de Mendoza, el Jaqueyvi, el Naveira o el Pedro Madruga), ni siquiera abrieron ayer sus puertas y tampoco lo hicieron varios hoteles del casco urbano. La presunta normalidad se acabó con el vermú y, a las cinco, ni las cafeterías hacían ya caja más allá de las que ofrecían bocadillos y tapas. «O abren todo el Val Miñor para que podamos sobrevivir o que cierren todo para que nos podamos acoger a los ERTE y a las ayudas que se pongan en marcha, porque en estas condiciones no podemos ni seguir mucho más ni parar», sostienen los profesionales del sector. El verano queda muy lejos, pero recuerdan que, pese a ser un municipio turístico, casi no hubo contagios en la villa. «Sabemos que hay que pasar el año y queremos minimizar riesgos y pérdidas, pero no podemos quedar cerrados por otros cierres», dicen.