Comesaña luce un topónimo único en toda Galicia

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

Está documentada la ocupación humana de la parroquia hace miles de años

30 nov 2025 . Actualizado a las 02:19 h.

La parroquia de Santo André de Comesaña pasó a formar parte del Concello de Vigo en 1904 tras la anexión viguesa de Bouzas, municipio al que perteneció desde 1837. Es un espacio geográfico a medio camino entre la montaña viguesa y el litoral, y está marcado por el transcurrir ya suave del río Lagares. En las últimas décadas, una parte importante de su territorio ha sido convertido en suelo industrial, con empresas tan importantes como Stellantis.

Comesaña es singular desde su mismo nombre. Señala Anxo Rodríguez Lemos, en el número correspondiente a la parroquia de la colección Toponimia do Val de Fragoso, que Comesaña es un topónimo único, no hay otro en Galicia, y que las personas portadoras de ese apellido tienen su origen remoto en la misma parroquia. Añade el filólogo que el sufijo «cam», de raíz céltica, significa curva, por lo que concluye que Comesaña puede aludir a una depresión orográfica o a un cruce de un camino.

Según Juan Miguel González Fernández, miembro del Instituto de Estudios Vigueses y colaborador de La Voz, fallecido la pasada primavera, la primera referencia documental a la iglesia parroquial de Santo André de Comesaña es de 1180. Explicaba el historiador en estas mismas páginas que no se trataba del mismo templo que se puede ver en la actualidad ya que con el paso del tiempo se fue arruinando aquel edificio románico. Explicaba que fue levantada la nueva planta en 1804, cuando ejercía como cura Francisco Cristóbal Costas. El resultado fue una iglesia de una sola nave, de fachada muy clásica, presidida por una gran torre campanario de dos cuerpos. Está inmersa en un conjunto monumental conformado por un cruceiro, la rectoral y un palco de la música de época reciente.

El catálogo municipal recoge tres cruceiros en la parroquia. El único documentado cronológicamente es el que está situado en el cruce de Pazo. Tiene grabado el año de 1723. Junto a la iglesia hay otro, con una composición muy esquemática, y el tercero está en el Outeiro, enclavado sobre una roca.

Por su parte, el cementerio fue construido en 1913 y presenta una entrada monumental de tres huecos. Se completa el conjunto con la actual casa rectoral. Hubo una anterior, que hoy en día está dedicada a la hostelería.

La antigüedad de la ocupación de este territorio queda documentada por el hallazgo de varios objetos prehistóricos. En el Camino de Sanín se encontró un bifaz, elemento que hace suponer que estas tierras estaban habitadas por humanos hace más de 100.000 años. Menos antigüedad tiene el hacha pulimentada localizada en la plaza del doctor Juan Fernández. También hay varios petroglifos en la zona. El primero de estas rocas grabadas está compuesto por varias cazoletas y se sitúa en Rodeira. En Aguieira se sitúan otros dos grupos, mientras que en A Regueira se localiza el último de los conjuntos. Todos ellos presentan dificultades para su correcta visión. Esa ocupación del territorio queda patente de manera habitacional con la presencia del castro de Casás. El catálogo municipal señala que está muy alterado por construcciones posteriores, por trabajos de cantería y por actividades furtivas.

Camino de Santiago

Por Comesaña pasa el Camino de Santiago. Esta vía dejó su impronta en la toponimia a través del lugar de Romeu, aunque con cierta polémica. Anxo Rodríguez explica que el nombre alude al romero como planta, pero también recoge la leyenda de un romero que se dirigía a Santiago y que falleció en la zona. En cualquier caso, últimamente, los peregrinos han sido desviados hacia Samil, en vez de seguir el camino tradicional que transcurría por el Lagares hacia Castrelos.

En ese mismo Romeu se localiza un peto de ánimas policromado que recoge la fecha de 1860 por lo que tiene la consideración de bien de interés cultural.

En el ámbito de los elementos patrimoniales etnográficos, Comesaña ofrece la presencia de varios molinos en regatos que desaguan en el Lagares. Algunos presentan un estado de ruina, como es el caso de los situados en Regueiro de Cartas, pero otros ofrecen una visión más compuesta, como es el caso de los situados en Rega y en O Freixo.

También existe en la zona variedad de lavaderos y fuentes, que son testigos de una época en la que el agua corriente no llegaba a los hogares de la zona. Así como también son vestigios de otras épocas varios hórreos, en su mayor parte centenarios y de titularidad privada. El más llamativo es uno de composición mixta que se encuentra en A Bouza. Tiene la peculiaridad de mostrar una puerta de acceso al granero en la parte frontal.

El muestrario etnográfico se completa con la presencia de un palomar de buena factura en una vivienda de la calle Matamá-Pazo. En este mismo vial se localiza una vivienda unifamiliar que, según el catálogo municipal, es de estilo regionalista y contiene un patín y una solana. El mencionado catálogo también recoge como bien arquitectónico la nave de los talleres y oficinas de Vitrasa. Se trata de una obra proyectada por el arquitecto vigués Xosé Bar Boo en 1974. En O Outeiro también se localiza una vieja presa que recogía las aguas de los regatos de O Freixo, Granxeo y Cartas.

Junto con Matamá, Comesaña compartió parte del antiguo basurero y la incineradora municipal que, durante años, provocaron un grave problema medioambiental, hoy ya superado con el cierre de ambas infraestructuras.

En el ámbito paisajístico, Comesaña incluye dos espacios singulares en el catálogo municipal. Por su interés geomorfológico y paisajístico está la fervenza de As Chans, que está conformada por una serie de saltos en Regueiro de Cartas. Finalmente, está el parque forestal de Aguieira, compuesto por una importante masa de árboles autóctonos y un mirador hacia el litoral de amplio panorama. Es una espacio cruzado por senderos y una zona de recreo.