Alberto Meira, el más rápido de los mortales

X.R.C. VIGO

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El piloto de Vincios ganó por tercera vez consecutiva el Rali San Froilán y certificó el subcampeonato de un gallego en donde es imposible competir el WRC de Senra

26 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Alberto Meira certificó una vez más el subcampeonato en el Campeonato Gallego de ralis. Fue en su prueba talismán del Rali San Froilán, que ganó por tercera vez consecutiva y, en esta ocasión era, además, la tercera prueba del autonómico que ganaba después de los éxitos en el Ribeira Sacra ourensano y el Pazo Tizón carballiñés. Con su Skoda Fabia R5, Meira sigue siendo el primero de los mortales, porque el World Rally Car de Víctor Senra, siete veces campeón del certamen, es inabordable. «Gañarlle a un WRC é imposible», comenta el gondomareño.

El Rali San Froilán, en donde certificó de un modo matemática el subcampeonato, se convirtió en todo un reto por las condiciones climatológicas. «Foi un rali moi difícil, toda a semana chovendo, os tramos estaban moi delicados, con moito barro. Era a primeira vez que probaba os axustes de mollado, non tiveramos a oportunidade de correr con auga extrema e quedei moi contento de como funcionou», comenta Alberto Meira, que admite que fue con cuidado en el primer tramo y una vez que comprobó que todo iba a la perfección, decidió pasar el acelerador.

Esa decisión tuvo su plasmación en el desarrollo de la prueba. En la primera especial cedió dos décimas a Víctor Senra, que en esta ocasión acudió con un R5 a la cita, y a partir de la segunda, ya comenzó a marcar los mejores tiempos.

El único momento complicado a lo largo del día llegó en los tramos de tarde y por una mala elección de neumáticos. «Cometín o erro de montar rodas brandas, de seco, e ao rematar o Congo, xa empezou a chover e tiven que facer os dous seguintes treitos con rodas de seco e aí foi onde me gañou e reduciu un pouco a vantaxe que levaba, pero no último bucle volvemos a montar mollado e volvín gañarlle». Meira llegó al último tramo con 10 segundos de margen y certificó el triunfo ganando la última especial. «É un rali que me gusta bastante, esta é a terceira edición seguida que o gañamos, e logo tiña o aliciente de que Víctor (Senra) viña cun R5 da xeración do noso e saibamos que íamos ter unha bonita pelexa con el».

Con un rali por delante, el Ría de Arousa, que se correrá por la zona del Barbanza, Meira ya hace balance de un año positivo. «Creo que fixemos unha tempada moi boa, corremos moito, pero contra un WRC é imposible. En condicións normais, pode sacarnos dous segundos por quilómetro, tendo en conta tamén que Víctor é un gran piloto».

Su reto más inminente es despedir el año con un cuarto triunfo, pero de modo paralelo ya comienza a mirar hacia la próxima temporada, en la que los cambios en su equipo serán mínimos. «Hai que pensar en preparar o coche, revisar todo de cara ao ano que vén», sin descuidar la faceta económica: «Hai que traballar moi ben os patrocinios». También pide «algo de sorte» para no sufrir ningún percance que trastoque la temporada en la que el gallego de ralis volverá a ser la gran cita. Para volver a ser el primero de los mortales.

«O campionato debería estar limitado a unha categoría»

Alberto Meira aboga, de cara al futuro, por que el campeonato quede limitado a la lucha de los R5 y que los World Rally Car participen, pero sin luchar por los puntos. Lo explica el piloto de Gondomar comentando que en el Supercampeonato de España y en el Europeo los WRC no pueden participar, pero en Galicia sí, porque se habilitó una normativa en su día para que el equipo oficial de Toyota o Hyundai aterrizasen en Galicia a hacer test en un rali, algo que nunca se concretó, y desde entonces, hay un vacío que permite a los WRC tomar parte en la cita. «Había que poñer un límite. Hai oito R5 correndo o campionato e podería haber unha loita bonita. O certame debería centrase nese tipo de vehículos aínda que deixen participar ao WRC, que para o público é moi bonito».

Meira, que es íntimo amigo de Víctor Serna, dice que apostó por un coche de última generación cuyo precio puede estar rondando los 800.000 euros.