La correspondencia inglesa entraba en España por Vigo

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

Los vapores contratados por Londres empezaron a funcionar en 1837

23 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando aún la Armada Española carecía de buques movidos por máquinas de vapor, la ría de Vigo ya contemplaba estos modernos barcos, aunque luciendo el pabellón del Reino Unido de la Gran Bretaña. El 14 de julio de 1837, el Gobierno británico confirmaba un acuerdo alcanzado con la Peninsular Steam Navigation Company para que esta se hiciese cargo, mediante sus vapores, del transporte de la correspondencia a los puertos de España, Portugal y Gibraltar.

Desde dos años antes, el precedente de la compañía, la fundada por Willcox y Anderson, realizaba la ruta entre Falmouth y Gibraltar, pero no hacía escalas en Vigo. Con sus poderosos vapores, como el SS Fletcher, SS Fearnell y SS Curling, la Peninsular Steam decidió competir con el Gobierno por el transporte del correo. Estaba previsto que el servicio comenzara a realizarse los primeros días de septiembre. El periódico El Español, del 15 de agosto de 1837, explicaba el recorrido contratado por el Gobierno británico y sus escalas. «Los paquetes saldrán de Londres una vez a la semana, tocarán en Vigo, donde dejarán los paquetes y pliegos dirigidos a Madrid y a la mayor parte del norte y centro de España».

El proyecto trazaba un plazo de nueve días para enlazar Falmouth (al sudoeste de Inglaterra) y Gibraltar. «Después de una detención de solo tres horas en Vigo, irá el vapor a Oporto, en donde estará otras tres horas, y saldrá para Lisboa, permaneciendo allí 48 horas. De Lisboa, irá a Cádiz y se detendrá seis horas para desembarcar las cartas y paquetes del sur de España. Posteriormente, se marchará a Gibraltar. Con este servicio, Inglaterra suprime todos los paquetes que de Falmouth iban al Mediterráneo ya que es mejor para el Gobierno y para el comercio», añadía El Español.

Pocos antes del inicio del servicio, el periódico Eco del Comercio señalaba que desde Gibraltar saldría, cada quince días, un vapor con destino a Malta, Grecia, islas Jónicas y Egipto, para enlazar, a través de una breve ruta por tierra, con el mar Rojo y dirigirse, a través de otro barco, hacia la India.

Mejor bahía de Europa

A través de las cartas dejadas por la poetisa cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda podemos hacernos una idea del ambiente que reinaba entonces en la ciudad. La escritora cubana estuvo en abril del año 1838 en Vigo, a la espera de embarcar en el vapor inglés Londonderry, perteneciente a la antes aludida Peninsular Steam Navigation Company, con el que pretendía viajar hacia la ciudad de Cádiz. «El 2 salimos de Pontevedra, en caballerías, a las ocho de la mañana, y llegamos a Vigo a las tres de la tarde, en medio de un terrible aguacero. Paramos en la posada llamada de La Vizcaína, que está en la plaza de la Constitución, que es lo mejor de la ciudad; y estuvimos hasta el 5 por la noche (si no me engaño), en que nos embarcamos», escribió Gertrudis Gómez de Avellaneda. «La localidad ventajosa de Vigo, y su bahía, que se reputa como una de las mejores de Europa, me hacen admirar no se haya fomentado más y de que no sea una gran ciudad comercial. Su aspecto es alegre y pintoresco; pero el caserío feo y el piso desigual en extremo, lleno de cuestas, como el de Santiago de Cuba. Me admiré de encontrar en Vigo un teatro, que sería bueno en cualquier ciudad de más rango, y que para Vigo es magnífico. Me agradó, igualmente, el fino trato que noté en las pocas personas que allí conocí, y que me dijeron otros forasteros era general en todos los vigueses. En fin, el 5 nos embarcamos Manuel y yo en el vapor inglés Londonderry, a las diez de la noche, con un hermoso tiempo», dejó por escrito la famosa escritora cubana.