El Johnny Depp de las artes plásticas

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

El artista mexicano afincado en Vigo regresa con sus atrevidas propuestas pop al espacio abierto de la Asociación LGTBIQ+ inclusiva con el que empezó su programa de exposiciones hace un año

11 ene 2023 . Actualizado a las 16:42 h.

Si paseando por una calle de Vigo le parece haberse cruzado con Johnny Depp, probablemente no sea él, sino Jack Andriano. Pero no se decepcione, porque su doble perfecto, un mexicano que ha adoptado el estilo que el actor solía llevar en los 90, también es habitante de la farándula y hay varias conexiones entre ambos. Andriano ha hecho sus pinitos como actor y disfruta vistiéndose de personajes que él encarnó en el cine en actos benéficos para la infancia y se han visto un par de veces. En una de ellas llegaron a compartir un cigarrillo, que es más de lo que muchos pueden decir sobre lo cerca que han estado de una estrella de Hollywood.

En su caso, lo tenía más fácil porque, aunque nació en la capital mexicana, ha vivido en Los Ángeles durante casi 20 años. «Me fui yo solo a California cuando tenía 15, porque era el mayor de tres hermanos y lo hice para ayudar a mi mamá cuando mi padre nos dejó», cuenta. En Los Ángeles trabajó de lavaplatos, de camarero y de casi todo menos de algo que estuviera relacionado con el arte. «De niño quería ser artista y viajar por todo el mundo y las oportunidades se fueron presentando poco a poco. Aunque mi sueño era tocar la guitarra en un grupo de rock, al llegar a Estados Unidos empecé a asistir a clases de dibujo y más tarde un amigo me ayudó a perfeccionar técnicas mientras yo seguía empleado detrás de una barra», explica añadiendo que la labia con la que atendía a su clientela, le sirvió también para, poco a poco, ir vendiendo alguno de sus cuadros e introducirse en el sector hasta conseguir hacer por primera vez una exposición con 18 años.

La vena artística de Andriano también tiene su vertiente actoral, y años después completaba su sueldo con imitaciones del Jack Sparrow de Piratas del Caribe para niños enfermos de cáncer. El personaje también lo llegó a hacer en Vigo, en este caso, para los alumnos del colegio Pombal.

El Jack mexicano aclara que él no va disfrazado de Johnny Depp, sino que le gusta el estilo que el actor hizo suyo hace tres décadas. Del par de ocasiones en las que coincidieron en L.A. cuenta que «en una me regaló una bolsa de mensajero de cuero muy cool, y en la otra, me ofreció un cigarrillo y me lo fumé con él aunque yo no fumo», ríe, «¡pero cómo se lo iba a rechazar!», justifica.

«Mi idea nunca fue ser actor, pero no viene mal porque tienes que tener carisma para ser un buen camarero», opina sobre el empleo que tantos años le dio de comer y que cumplía a la perfección, con rigor y excelencia porque como asegura, «había gente que solo venía a los locales donde yo estaba por charlar un rato conmigo». También trabajó en el sector turístico en la Riviera Maya, y aunque aborreció aquella etapa laboralmente, en lo personal tuvo suerte, ya que fue donde hace 9 años conoció a la gallega afincada en Vigo con la que se mudó a esta ciudad en el 2018. La pandemia llegó al poco de estrenar residencia, pero lo notó poco, porque su mundo son su taller y sus pinceles. Sus obras plagadas de influencias pop inauguraron hace un año la primera exposición celebrada en el local de Pvlse (Hernán Cortés, 8), la Asociación LGTBIQ+ inclusiva de Vigo, donde vuelve a exponer ahora, compatibilizando su creatividad con su marca de camisetas Santo Diablo.

Censurado en un escaparate 

El local de Pvlse acoge una de sus obras, expulsada de Arte y Cerámica (Uruguay, 10), una tienda que vende material de Bellas Artes y que siempre dedica uno de sus escaparates para que expongan allí artistas. «Una pareja insultó a los empleados y amenazó al dueño del establecimiento con denunciarlo por ofensivo y optó por quitarlo», cuenta. Así, Andriano regresa al lugar con el que abrió su agenda de exposiciones un espacio abierto a todo el mundo que ahora ha acogido encantado, de nuevo, las obras supuestamente irreverentes del «pocho» (mexicano adaptado al estilo de vida norteamericano) pintor. En las paredes comparten espacio lienzos coloridos con influencias mexicana en color e iconografía, en los que emplea técnicas mixtas, desde el collage a la inserción de textos y trazos con luces de neón. Para este local vigués pintó expresamente un cuadro dedicado a La Veneno. «A algunos les da miedo mi obra por lo elevadas de tono de algunas propuestas, pero no han visto nada. Llevo mucho tiempo planeando otras piezas y si lo anterior lo consideran atrevido, lo que viene lo es más, aunque a mi no me mueve el ánimo de escandalizar», asegura ante de uno de sus óleos en los que se lee la palabra «Love» con la «v» fundida. «No es un error, es que el amor no funciona siempre, no es perfecto», advierte sobre el mensaje velado.