Por otra parte, está el género, es decir, el rol social que se asigna a alguien por su sexo. «En La Voz salió el otro día que el Tribunal Supremo ha reconocido como enfermedad profesional la lesión en el hombro de una mujer que trabaja en la conserva. Eso es una enfermedad asociada al género, porque en esa profesión prácticamente solo hay mujeres», explica Morán.
Y por otra parte, están esos casos donde las fronteras entre el sexo y el género no están tan claras. La incidencia del cáncer de pulmón se ha triplicado en mujeres, por el aumento del tabaquismo, pero «ellas están más protegidas y se les manifiesta más tarde, a veces ligado a la menopausia», dice Paloma Morán. «La depresión afecta a más mujeres que hombres, pero ellos tienen más depresiones fuertes y muchos más suicidios. ¿Qué parte puede ser genética? La frontera es complicadísima», reflexiona.