Marisa Domínguez: «Hay que ser inconsciente para hacer lo que he hecho. Lo disfruto mucho»

Bibiana Villaverde
Bibiana Villaverde VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Dejó su trabajo en el sector financiero para abrir un restaurante en Mondariz-Balneario. Cuatro años y una pandemia después, esta chef llena el salón todos los fines de semana

09 abr 2022 . Actualizado a las 23:33 h.

Quien otrora gestionaba números en el sector financiero, se maneja ahora con destreza entre fogones y borda el bacalao y el carpaccio de pulpo, dos de los platos estrella del restaurante Simoneta and Co. Marisa Domínguez (Ourense, 1972) ha tenido que aprender a golpes de realidad. Su aterrizaje en el mundo de la hostelería fue un anhelo conseguido, un sueño materializado. Luego vinieron las esclavitudes del oficio, los imprevistos, los horarios de madrugada y la complejidad de sacar adelante un negocio tan exigente como un restaurante, en plena pandemia. Pero a pesar de las dificultades, esta experta en finanzas metida a chef no se arrepiente de su salto al vacío. «Miro para atrás y pienso que hay que ser muy inconsciente para hacer lo que yo he hecho, pero la vida es de los valientes. Nunca me he arrepentido, cada día estoy más ilusionada y lo disfruto muchísimo».

Aunque ya de pequeña le gustaba jugar a ser cocinera, estudiar hostelería no estaba en sus prioridades. Tras cursar Relaciones Laborales dedicó su vida profesional a la banca, hasta que en 2017 lo dejó. Un momento de crisis vital en el que decidió formarse en emprendimiento empresarial. Fue en un viaje a México donde surgió la idea de poner en marcha Simoneta and Co., un proyecto donde enfocar sus ansias de emprender, ubicado en un paraje evocador, al lado del río Tea, en Mondariz-Balneario. «Al principio fue una idea muy romántica pero los comienzos fueron muy complicados. Le estoy muy agradecida a la directora de la Escuela de Hostelería Harina Blanca, a Elena Zulueta, que me enseñó lo que tenía que saber». Domínguez confiesa haber empezado la casa por el tejado: primero el restaurante, que abrió en julio de 2018, y luego la formación en los fogones. «Lo hice todo al revés. La gestión del restaurante tiene un nivel de exigencia muy alto, hay mucho trabajo que no se ve. Por eso agradezco mucho la confianza de los clientes, está siendo un éxito pero tenemos que seguir trabajando». 

Recetas de Emilia Pardo Bazán

Esta chef no es para nada convencional, tampoco llevando las cuentas. Al revés que para la mayoría de los hosteleros, esta faceta ha sido para Domínguez la más sencilla, por su formación en el mundo financiero. «La contabilidad era lo único que tenía claro. Pero hay que reconocer que es un dolor de cabeza, hay que ser muy estricto para cuadrar las cuentas», explica la empresaria.

En tiempos de reivindicación de Emilia Pardo Bazán, este proyecto gastronómico también hace parada en las recetas y en las citas de la escritora de los Pazos de Ulloa. Pardo Bazán era fiel visitante de Mondariz-Balneario, donde pasaba largas temporadas y donde se dice que se citaba con Benito Pérez Galdós. «Aquí se ha casado una reina, ha veraneado la nobleza, Rockefeller... Es uno de los pueblos más bonitos de España». Ese espíritu se plasma en la decoración del restaurante, inspirada en la Belle Époque. «Cuando estaba en banca iba a talleres de tapizado y restauración. He recuperado muebles a los que les he dado una segunda oportunidad en el local», explica, mientras deja claro que el restaurante es el más fiel reflejo de sí misma. «Mucha gente me llama Simoneta, creo que nos hemos mimetizado y somos solo una. Es un proyecto muy personal, que ha ido evolucionando conmigo. Está enclavado en un sitio rodeado de naturaleza, quiero que los clientes tengan una experiencia completa».

Domínguez se ha esforzado en aspectos medioambientales, reduciendo residuos, disminuyendo el gasto energético y seleccionando materias primas de temporada y de producción local. Esto hace que la carta cambie semanalmente, en función de lo que ofrece el mercado. «Mis compañeras deben estar tan locas como yo y me siguen el rollo, eso permite que podamos hacer experimentos y variaciones». Tres mujeres están al frente de los fogones en este negocio que también incluye una tienda de productos gourmet. «Es falso que entre mujeres hay competencia, nosotras trabajamos muy bien. El talento femenino en las cocinas de los restaurantes está aumentando, yo me fijo en compañeras que están despuntando y en las que encuentro inspiración». Domínguez forma parte de la plataforma Eurotoques, una comunidad de cocineros que cuida el sabor de los alimentos y el patrimonio culinario europeo.

A pesar de la buena acogida de su proyecto, esta chef no se conforma. Mientras se titula como sumiller en el Instituto Galego do Viño, planifica la Semana Santa: «Tenemos reservas ya para mayo». Marisa Domínguez acaba de llegar de Madrid Fusión donde protagonizó un showcooking de Anfaco. La agenda y las obligaciones llaman a la puerta, pero eso no le resta pasión ni amor por el oficio. «Esto no es un medio de vida, es un estilo de vida».

Su canción favorita

«Everybody hurts», de REM. «Es una canción que habla de esperanza, de superación, de resistir, levantarte e intentarlo a pesar de haber tenido un día largo. Aunque te salga mal, aunque la vida te lo ponga difícil, no hay que rendirse. Es algo que aprendí de mi padre. Lo más importante es sentir amor por tu trabajo».