Cenas solidarias también los domingos

Daniel Portela Otero VIGO / LA VOZ

VIGO

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La parroquia del Perpetuo Socorro cubre el único hueco que dejaban los comedores sociales

21 ago 2021 . Actualizado a las 17:55 h.

Frente a la parroquia del Perpetuo Socorro, los domingos a las 18.45 horas, se forma una cola de 50 personas. Esperan por su cena, que les entregan en una bolsa: un par de bocadillos, varias piezas de fruta, yogures, galletas, paté y agua. Si se trata de una familia con niños, pueden recibir leche, bollería o chocolate. En junio se cumplió un año desde que un grupo de laicos voluntarios puso en marcha esta iniciativa, destinada a personas sin hogar o en situación de exclusión social. Su objetivo: cubrir el hueco que no atendían los comedores sociales el último día de la semana.

Su edificio está en el número 5 de la calle Lalín, pero la puerta en la que reparten la comida se encuentra en un callejón situado tras el Centro Comercial Traviesas. De 19.00 a 20.00 horas, un grupo de ocho personas -son cuatro equipos en total, uno por domingo del mes- entregan a quien lo precise las bolsas con alimentos que los voluntarios preparan con antelación. Algunas son caras conocidas, aunque sigue llegando gente nueva. «A veces incluso nos piden que les carguemos el teléfono móvil», cuenta Ester, una voluntaria.

La idea original nació en la parroquia de Granada, donde repartían café y merienda. Fue José Ramón Sánchez, laico de la parroquia, quien adaptó el proyecto a Vigo tras saber de él en un encuentro en Burgos con otros miembros de la orden redentorista, a la que pertenece Perpetuo Socorro. Su mujer y él trasladaron su propósito a los demás laicos y, una vez el párroco dio luz verde, se pusieron manos a la obra. Lo hicieron a ciegas, sin saber siquiera cómo conseguir los alimentos que repartirían, pero con decidida intención de llevarlo a cabo.

«Preguntamos en varios comedores sociales, acudimos a Cáritas y otros hasta que tomé la iniciativa de hablar con las casas comerciales», explica Sánchez. Encontró disposición en las empresas a colaborar. Tuypan, Frutas Sol, Frutas Nieves, Coren, Estrella Galicia o Larsa donan a la parroquia la comida que después distribuyen. Sin embargo, tienen más gastos que cubren por su cuenta: bolsas, guantes, mascarillas... También el chocolate de los niños o fiambre cuando no es suficiente. Para estas compras tienen un fondo con donaciones de entidades y voluntarios.

La iniciativa no apareció a propósito de la crisis sanitaria y social, sino que ya estaba planeada. Pero arrancó cuando muchas familias vieron mermados sus ingresos. La demanda se nota. Desde junio del 2020 han duplicado el número de bolsas mensuales hasta alcanzar las 225 el pasado mayo. Es decir, más de 50 por domingo.

Son una parroquia cristiana, aunque también se acercan personas musulmanas. «Esto no tiene que ver con ser católico o con ser creyente», dice Olga, voluntaria. Lo tienen claro: se trata de cubrir una necesidad básica. «Jesús no haría distinciones», añade Carlos, otro voluntario.