El asombro regresa frente al olivo del Paseo de Alfonso XII. Para los vigueses, todo un símbolo; para los foráneos, un árbol que desentona a primera vista. Así, descubren que fueron los Reyes Católicos quienes ordenaron talar los olivos plantados. La ruta sigue hasta el puerto de Vigo. Allí, mirando hacia Rande, los turistas escuchan una última historia: la de la batalla que Julio Verne convertió después en «tesoro» literario.
Al ponerse el sol, la leyenda se impone sobre la historia. Este momento es el idóneo para crear el ambiente que requiere el otro free tour que ofrece la empresa. Quienes realizan el recorrido nocturno escuchan hablar sobre la Santa Campaña, el herrero de Castrelos o las brujas de Cangas, entre otros personajes que incluso los habitantes de la ciudad desconocen. Por eso César Pérez, guía en la empresa de Concheiro, termina sus visitas con un mensaje, claro y directo: «Es muy importante conservar el patrimonio inmaterial».