El ilustrador que te convierte en dibujo animado

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

El artista Pablo Rosendo, que comenzó con la animación digital, triunfa a pie de calle recreando a la gente como si fueran personajes de una ilustración a los que sitúa en lugares donde los clientes eligen

06 jun 2021 . Actualizado a las 03:18 h.

El dibujante Pablo Rosendo (Vigo, 1984) lleva 15 años entregado a su profesión y aunque nunca le ha faltado trabajo, reconoce que hasta ahora no se había visto tan desbordado como desde que se le ocurrió dar más visibilidad a una de sus actividades: los dibujos personalizados, un éxito incontestable que le ha llevado a tener que espaciar los pedidos para no saturar la lista de espera.

El artista cursó estudios de ilustración y animación en la Escuela Superior de Dibujo Profesional (ESDIP) de Madrid y tras esa formación, trabajó en el sector de la animación de piezas audiovisuales y publicitarias, primero en la capital y luego en su ciudad. «Estuve un par de años y lo dejé al ver que podía establecerme por mi cuenta, que es lo que quería», confiesa.

Hace año y medio se le ocurrió trasladar su estudio a pie de calle, en el número 30 de la calle Progreso, con vistas a la parte de atrás del Museo de Arte Contemporáneo. «Antes mi espacio laboral lo tenía en casa y hacía lo mismo, o menos, porque en el local estoy como mínimo ocho horas, pero estoy encantado con esta opción que me permite estar más cerca de la gente, que me vean, entren, echen un vistazo a mis trabajos y me encarguen lo que quieren que les dibuje», explica añadiendo que la tarea continúa muchas veces cuando cierra, y siempre, antes de abrir: «Me levanto a las 6 de la mañana y dibujo hasta que llevo a mis tres hijas al colegio a las 8.30 de la mañana», cuenta añadiendo que, en cierto modo, el motivo de decidirse a extirpar su estudio del entorno doméstico fue separar su vida personal de la profesional y dedicarse solo a la familia cuando cruza el umbral del hogar, tarea que sigue perfeccionando sin lograr todavía la excelencia.

Donde sí va ganando terreno es con las ilustraciones personalizadas. En un mundo globalizado donde sorprender con un regalo es cada vez más difícil, Rosendo se convierte en un mago del lápiz que transforma a las personas en uno de esos personajes que se pueden ver en los cómics o en los cuentos. «Es algo que llevo muchos años haciendo, pero eran pocas, no llegaba ni a 30 al año, y ahora es un poco locura. En mayo tuve 25 y para junio ya tengo 17 encargadas», cuenta.

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Casi todos estos pedidos tienen que ver con fechas, personas y momentos especiales. Desde orlas de fin de estudios hasta cumpleaños, aniversarios o incluso en recuerdo de mascotas como la que cuelga en la pared tras su mesa de dibujo, con una madre y sus hijas con la torre de Hércules al fondo. «Hay quien prefiere enviarme una foto que le gusta mucho y quiere que se la pase a este estilo de dibujo, con mi sello. Pero lo habitual es que me envíen un par de fotos de cada persona que quieren que salga en la ilustración y me digan dónde quieren que los sitúe. Si no tienen ni idea, el fondo se lo propongo yo». La ejecución de acabado supernítido la desarrolla dibujando a lápiz sobre la pantalla táctil en la tableta y coloreado digital, «que lleva tanto o más trabajo que a mano» y se entrega en papel de alta calidad tras la impresión, también digital, enmarcada o sin marco.

De acuarelas a libros de texto

Paralelamente a los pedidos personalizados, que comenzaron a incrementarse tras el confinamiento después de tener la ocurrencia de colgar un par de ellas en el escaparate, se dedicaba en su estudio a pintar ilustraciones en acuarela con otro estilo. Es algo que sigue haciendo, teniendo como protagonistas a numerosas especies animales, desde pájaros a peces o primates, y paisajes marinos, rincones de Vigo o retratos, faceta para la que también le hacen solicitudes.

Además, lo sigue compaginando con encargos de revistas y editoriales. El último, con sus personajes Roque y Cíes sobre la Reconquista de Vigo, lo acaba de presentar con Lobito Bueno para el Concello de Vigo, que lo distribuye en los colegios. «Pero trabajo con muchas. El mes pasado estuve con Edebé haciendo libros de texto y ahora manuales escolares de inglés con Helbling Languages». Además, Rosendo ha publicado ilustraciones en libros infantiles, pero una de sus facetas más conocidas fue la que le vinculó con el mundo del deporte a través del fútbol. Primero colaboró con La Voz y más tarde, con el Real Club Celta.